Capítulo 15 - parte 1

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Capítulo 15

Llegadas las 4:36 a.m., Kanae se despierta tras escuchar unos ruidos cercanos a su ventana. El viento azota los árboles, que se chocan entre ellos. Incluso a veces el sonido de las hojas moverse a ese punto se puede confundir con lluvia, pero no se trata de eso esta vez.

—Qué extraño que no sienta frío...

Susurra la pequeña para sí misma, hasta que un aroma muy rico impregna su mente. Había olvidado por completo que Yuki está durmiendo en la misma cama que ella. Como podría suponerse, las posiciones cambian a lo largo de la noche. El rostro del otro está mirando hacia el lado de ella, y el brazo propio lo rodea en la cintura. Están mucho más cerca de lo que ella recuerda haber estado alguna vez con alguien, más sobre todo en su cama. Sin embargo, el sueño aún la tiene en sus garras, no llega a sonrojarse abruptamente.

—De verdad parece un ángel... Es...

Los ojos del chico de cabellos marrones, están cerrados, denotando sus pestañas. Aunque no son tan largas ni en cantidad como las del demonio, son más arqueadas, más delicadas. Sus labios con una expresión tan tranquila mientras duerme, hacen parecer que no hubiese existido ninguna pelea durante el día, que todo siguiera normal. Y su aroma, es muy diferente para la percepción de Kanae. Es más suave que el de Jun, pero de alguna manera le resulta más rico. Si se pudiera describir gráficamente, da la impresión de que se siente como algo fresco y acolchonado.

—Qué bello. —con la mano que lo abrazaba, le acaricia el cabello, jugando con los flequillos del otro. De todos modos, según lo que ella está enterada, el sueño del mayor es muy pesado y no despertará con eso—. Ojalá pudieras estar así siempre, tan tranquilo, sin lastimarte a ti mismo.

Lo mira unos minutos más, y sin intenciones de darse la vuelta otra vez, lo abraza de la misma manera que antes para continuar durmiendo.


Llegan las 9 de la mañana. Los padres de Kanae ya están afuera trabajando, y aunque usualmente la hechicera se despertaría a ayudar, aún se encuentra súper cansada del día anterior. Sin embargo, el ángel no tuvo problemas para reponer la energía.

Se pueden apreciar aquellos ojos grises abriéndose lentamente, para encontrarse con la escena de tener a la pequeña pegada a él, ni siquiera a centímetros. Una de las mejillas de Kanae está junto al cabello del chico, el brazo continúa en la cintura.

—¿Q-qué...? Señorita Mitsugashi... —dice en voz baja, y como es costumbre se avergüenza—. Ay Dios. Sabía que no era buena idea que nos acostemos juntos... ¿Cómo le voy a explicar esto, sin que piense que quiero hacerle algo extraño...?

Al comienzo parece demasiado preocupado al respecto, pero luego suspira y sonríe. Sin saber que la otra hizo lo mismo durante la noche, acaricia su cabello.

—Oh, ¿Esto es su shampoo? —de igual forma que la menor, el chico se fija en las cosas que Kanae—. Qué suave.

Pero en donde sí difieren, es que siendo también horas a las que la hechicera despertaría normalmente, las acciones del otro hacen que su sueño se detenga por esta mañana.

Kanae comienza a moverse, dando indicios de que está por levantarse. El ángel no tiene en dónde esconderse, tampoco se separa de ella. La pequeña de cabellos negros se desliza para estirarse, sin querer al mover su cara, rozando los labios del más alto con los propios. Tan suaves como se ven se sienten. Pero sólo dura hasta que ella se estira. Luego se echa hacia atrás, pegándose a la pared como realmente habían planeado anteriormente.

—Buenos días Yuki. —le sonríe cálidamente, aún con los ojos entrecerrados—. ¿Dormiste bien?

A pesar de que tal "prácticamente beso" no fue algo intencional, a Yuki lo deja rojo hasta las orejas. Al menos ya no tiene que preocuparse en explicarle sobre la pose en la estaban.

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