Justo en la hora del almuerzo, todos los chicos obtuvieron los resultados posibles en ese momento. Muchos se dirigen a su casa, otros se quedan en el aula, algunos divagan por el campus.
—¿A dónde van? —pregunta el rubio a su hermana, que ve que no lo espera para moverse, junto a Kanae.
—Iremos a la azotea, después de comer vamos a casa, así que puedes hablar tranquilo con los chicos. —le dice y se lleva a la chica de cabellos negros en la dirección propuesta.
—Y... ¿Qué tal sus resultados chicos? —arquea las cejas, con los ojos cerrados, sonriendo—. Lamento preguntar ahora. —ríe, jugando con un mechón de su cabello.
—Pues, ya lo dicen nuestras fichas en todos lados. Yo sigo midiendo 1,90 y pesando 70, tú sigues midiendo 1,84 y pesando 64. ¿O no? —enarca una ceja el chico de ojos miel.
—Pues sí. —ríe más fuerte ante la respuesta tan seria de su mejor amigo—. ¿Y tú Yuki?
—Todo salió bien también, por el momento eso parece. Creo que he crecido un poco. Ahora mido 1,87 y peso 67 kg. —les sonríe, pero luego sus ojos parpadean en brillo, volteándose rápidamente hacia donde está Jun.
—¿Y tú Ju...? —al mismo tiempo de la reacción del ángel, estaba por preguntarle cómo estaba porque no escuchó la conversación anterior.
Se muestra sorprendido al verlo en el suelo.
—¡Jun! ¿Qué sucede? Jun, reacciona. —Yuki lo mueve un poco hacia los lados con sumo cuidado, también da unas suaves palmadas en su rostro, pero no despierta.
Desafortunadamente, la enfermería ya cerró, justamente por haber revisado a toda la escuela.
—Rayos... —Yuki tuerce la boca y niega con la cabeza—. Menos mal que nos podemos retirar. Mándenle saludos a los demás, por favor. —les dice en un tono apurado a los otros dos.
—Un momento. —Yamato corre hacia el aula y le trae su bolso y la mochila de Jun—. Ve con mucho cuidado.
—Sí. —le responde, y tras ponerse lo más rápido posible las cosas, toma en brazos a Jun y lo lleva corriendo la casa propia, porque no conoce específicamente en dónde vive el otro.
—Qué carajos pasó... —el niño de ojos verdes mira extrañado las siluetas alejándose.
Mientras tanto, en la azotea, están Kanae y SunHee, conversando tranquilas. Ciertamente, a la pequeña de cabellos negros se la ve mejor que en las primeras horas, así que puede sonreír más, aunque todavía se sienta algo mal.
—Mitsuru y yo tuvimos muy buenos resultados. 1,64 y 43 salí, ella 1,68 y 45. Tú tampoco estás mal con 1,60 y 42 pero tu salud... —le habla tranquilamente, haciendo señas con las manos.
—SunHee, tampoco estoy tan mal. Sólo estoy más predispuesta a algunas alergias me dijo, por la reacción de mi piel con algunas cosas frías, y la presión baja, pero confirmaremos todo cuando nos lleguen los análisis de sangre.
«Tampoco es que sea nuevo enterarme de que el frío me suele hacer mal. El frío me odia».
—Hola. —la pelirroja aparece repentinamente frente a ellas, aunque en realidad estuvo escondida por allí hasta que se animó a hablar—. Um... Yo... —parece bastante nerviosa, a comparación de cómo la suelen ver siempre.
—¿Qué ocurre? —arquea las cejas Kanae, mirándola preocupada. Piensa que de verdad es muy raro que parezca así, pero está dispuesta a escucharla y ayudarle si es posible. Ella misma recuerda otra vez, sus problemas con Jun no tienen nada que ver con su amiga.
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Nisenai Fantasy
ФэнтезиKanae es una chica muy curiosa a quien le gusta mucho leer y escribir. Está obsesionada con un libro que existe desde la misma época que La Biblia, "La Utopía de Zaraín", donde se cuentan hechos que no están registrados en el otro, que es más popula...