Capítulo 18 - parte 1

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Capítulo 18

Se escucha el ruido de los golpes, de las habilidades de Kanae. También los gritos de los pocos humanos que pasan por allí, yéndose en dirección contraria de la pelea. No queda prácticamente nada de lo que era esa plaza. Todos los juegos están destruidos. Apenas hay algunas plantas, aunque quebrajadas. Yuki, simplemente no puede ignorar aquello. Así que de a ratos, si no está curando a nadie, trata de "arreglar" a las plantas, consiguiendo apenas mantener unas pocas flores, pero con los árboles es otra historia. Luego de unos minutos, se ve perturbado y preocupado.

—¿Qué pasa ahora? —los ojos del ángel brillan más fuerte, como una alerta.

En los días recientes, la capacidad de los ángeles para detectar cuando alguien se siente mal, se ha visto muy afectada por las catástrofes. Generalmente siempre se trató de estar atentos a la tristeza de la gente, o uno que otro desastre natural como terremotos, tsunamis, donde tuvieran que rescatar a todos, y ya estaba listo. Era sólo unos momentos, donde actuaban para sacar a las personas de algún lugar, o hablar con alguien para que se esté mejor. Pero desde que comenzaron esos monstruos, en la actualidad, ya apenas pueden distinguir cuándo sus iris brillan. Al estar todo el tiempo a la defensiva, el instinto de proteger está de una forma permanente, a un punto que luego los ojos están casi apagados, parece como si sólo les diera la luz, mas que como los tuvieron siempre por el peligro.

—Se trata de... ¿Jun? —Yuki se ve muy confundido, como si no lo reconociera.

—•Pensé que estaba descansando por la batalla, pero hace un rato que no se mueve•

—¡Abajo todos! —gritan los demonios, al unísono, sin dar una explicación.

Sin rechistar, ninguno duda en hacerles caso. También quienes vuelan, se pegan al suelo, cubriéndose la cabeza. A excepción de quien es el causante de esta reacción, que continúa en una especie de trance. La expresión de su rostro, no refleja absolutamente nada. Y tras un corto silencio, del cuál incluso los fantasmas "salvadores" se confundieron, hay una explosión en el aire, muchísima electricidad.

Literalmente elimina a todos los monstruos que había por allí, hasta lo que acababan de llegar. Los pocos que aún no han pasado por ese radio, deciden regresar por donde venían. Probablemente se dirigirán a atacar otra localización.

—¡Ustedes, demonios, no dejen escapar a esos fantasmas. Nosotros nos encargaremos de Jun! —MinHyuk alza la voz.

—¡Sí!

Le responden todos a la vez, y corren algunos, otros vuelvan, en la dirección de los monstruos. Excepto uno, que se acerca al rubio.

—Esto es muy peligroso. Podrían morir. Esto pasa porque este imbécil —señala al chico de cabellos negros— no cumple sus tareas. Les deseo suerte, la necesitarán.

Tras lo último dicho, él se marcha junto con los suyos.

—¿Qué le pasa a Jun? ¿Creen que se enojó por lo que le dije? —arquea las cejas el rubio, preocupado, con la mirada baja—. ¿Creen que está así por cómo le estuve mandando?

—Yo también lo regañé, pero no creo que se deba a eso señor Jung... —le comenta Yuki, acercándose a él despacio—. Los demonios tienen un... límite de la carga negativa que pueden soportar, y luego de eso, suelen quedar muy débiles y con dolor de cabeza... eso le sucedió la vez anterior. Pero... Es diferente esta vez...

—¡Yo no lo veo débil! —alza la voz Mitsuru, con un tono quebradizo.

—Jun... —la chica de cabellos obscuros reboza de lágrimas, está muy asustada.

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