Capítulo 14
[ 1650, Junio, 5 ]
Se puede ver a una mujer corriendo a través de una gran cantidad de plantas de larga altura en el suelo. Pareciese haber estado recogiendo verduras y frutas, ya que lleva una canasta llena de ellas. Su vestimenta no es particularmente diferente de la mayoría de las mujeres en la zona; un kimono y un abrigo floreado por encima.
La razón por la que corre, es que unos hombres la están siguiendo. Con una expresión seria, aquellos que notablemente no son del lugar, sin descanso intentan atraparla. La joven se pierde de la vista de todos, y al pasar unos minutos, los señores bajan los brazos. Se los escucha suspirar y mencionar "otra vez lo mismo".
El viento sopla suave y la luz brilla en el pueblo, aún no llega a ser mediodía. El paisaje consta de una gran zona de cultivos y entre ellos varios senderos, hay flores hacia la derecha, y también detrás de las edificaciones de madera y papel. A la vez, un poco más lejos hacia atrás, enfocándose en una casa, se divisa tres sombras a través de lo blanco del papel.
—Kaguya, ya te advertimos que no vayas por la comida. Podemos ir nosotras. —una mujer alta y de cabellos marrones largos, ojos negros que viste una ropa similar a las otras dos chicas; se muestra seria y firme, regañándola.
—Pero sabes que yo nunca traigo nada podrido nunca. —arquea las cejas, la misma que estuvo huyendo anteriormente. Juega nerviosa con un collar de cruz que cuelga del cuello propio. Luego pasa a jugar con el cabello, rearmándose la trenza. Sus ojos resaltan en violeta.
—Yo tampoco, pero me da flojera. —dice la menor y de mas baja estatura, mientras hace unos dibujos en tinta china. Posee el cabello marrón y ojos negros al igual que su hermana.
Se escuchan pasos de una cuarta persona en la casa, quien ingresa a la sala en donde se encuentran las demás, a través de una puerta de papel: un hombre con kimono gris obscuro, cabello negro largo y atado por una cinta, ojos marrones. Posee una expresión seria pero tranquila natural, y la tez más clara entre todos. Se sienta en el tatami, frente al kotatsu.
—Ya pasó, tranquilas. También te diría lo mismo Kaguya, pero no lo creo necesario. —le menciona en tono amable, y coge una taza de té. Su voz es algo grave. Desde el perfil se notan sus pestañas largas, pero curiosamente el resto del rostro libre de vello.
—Lo siento, mi señor. —hace una reverencia la joven de ojos violetas.
—Bueno, si lo entiendes, puedes pasear por otros lugares, ¿Sí? —sonríe de ojos cerrados y posa una mano en las maderas—. Fuera de esto, ¿Ya comenzaron a cocinar algo? Yo recién puedo volver de vender.
—Sí. —responden las tres a la vez.
—Estábamos haciendo sopa de hortalizas. —le menciona la más bajita—. Sólo que apenas estábamos terminando de dejarlas reposar antes de cocinar, dentro de un ratito estará.
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Nisenai Fantasy
FantasíaKanae es una chica muy curiosa a quien le gusta mucho leer y escribir. Está obsesionada con un libro que existe desde la misma época que La Biblia, "La Utopía de Zaraín", donde se cuentan hechos que no están registrados en el otro, que es más popula...