Momentos incómodos.

481 42 0
                                    

Terminé haciendo mi tarea el sábado ya que mi mamá me quitó la tableta y me la escondió.

Pero no se lo discuto, de hecho, agradezco que me lo haya quitado, un poco más en internet y terminaba rompiendo aquel aparato, además de que tenía demasiada tarea y no la iba a terminar el último día a las ocho de la noche como lo hacia siempre en cada fin de semana.

Últimamente he pensado mucho que hacer con mi vida. No es fácil hacer lo que te propones siempre.

Desde luego que amo las ciencias, todo lo que tenga que ver con química, biología o cosas así me encantan. Quiero estudiar para Veterinaria o al menos enfermería o algo que tenga que ver con sustancias. Pero curiosamente la materia de Biología es la más baja que he llevado en mi vida y no entiendo esa satisfacción al hacer experimentos y todas esas cosas, tal vez sea porque me gusta estudiar, pero el conformismo y la pereza me desvían del camino.

Dice mi papá que debo concentrarme en lo que me gusta hacer pero también valorar mis habilidades, y se que habla perfectamente de mi don con los matemáticas.

Odio, increíblemente odio las matemáticas.

Las entiendo y las termino rápido, pero lo hago porque no quiero saber nada más de esa materia en toda la vida. Es tan desesperante hacer ecuaciones, cálculos vectoriales, raíces cuadradas, hacer actividades con compás si jamás en mi larga vida voy a usarlos.

Es como dice uno de mis libros favoritos, "Quiéreme cinco minutos":

"Si con leer y escribir y sumar y restar sobrevive uno."

Pero entiendo a los papás y los respeto, porque hay algo muy cierto en algo que ellos siempre dicen: "Miles de niños les encantaría estar sentados en la banca en la que tú estás y lo mínimo que puedes hacer es aprovechar que puedes aprender y no trabajar". Y vaya que razón tienen, porque prefiero mil veces aguantar al maestro Ismael y su libro de ejercicios de Matemáticas que estar vendiendo tamales afuera de un hospital, no es porque critique a esas personas que cada día quieren salir adelante, simplemente porque no esta padre pasar por eso.

Como sea.

Ya me devolvió la tablet y ando pendejeando en las redes sociales. Salgo de facebook y entró a YouTube. Salgo de YouTube y me meto a jugar en línea para probar algunos trucos que aprendí del vídeo. Me salgo de jugar y me meto a Facebook otra vez. Me aburro y pongo algo de música para entrar nuevamente para ver imágenes y cosas así. "¿Para esto la pedías tanto?"

Mejor me meto a Ask.

Son cuatro preguntas y dieciséis "me gusta". Se me olvida que tengo que entrar aquí al menos una vez a la semana.

Me cree mi cuenta de Ask aproximadamente en el segundo bimestre, y eso es porque una amiga llamada Frida me dijo que era una aplicación entretenida y que debería tener una. Frida es una de las grandes amigas de Axel, por cierto; tiene el pelo bastante chino, es chaparrita (como la mayoría de las niñas de mi salón) y de una piel blanca.

Y bueno, si es entretenida, bastante diría yo porque la gente tres manda preguntas y tienes que contestarlas con honestidad y cosas así. Sin embargo, todas las cosas buenas tiene que tener un pero.

Como en Ask puedes preguntar cosas vergonzosas o hasta algún punto privadas, pueden mandar anónimos, y esos anónimos pueden insultar una persona cercana a ti, y es lo molesto porque no tienen el mínimo valor para decirlo de frente, ahí tú decides si las quieres responder o no.

Diario de una bisexual®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora