Pensé que la idea de perder a alguien era algo que siempre tuve presente.
— Odio estar aquí. -me acosté de lado, procurando no moverme con brusquedad debido a la aguja incrustada en mi brazo.— Quiero ir a casa.
— Lo haremos cuando estemos mejor. -sonrei aunque ella no me viera.— Él doctor Choi dijo que eso podría ser pronto.
—También dijo que tuviste una operación por el respirador y que trataras de no hablar demasiado unos días pero haces todo lo contrario. -ladeo su cabeza y me devolvió la sonrisa.— Quiero salir de aquí juntas, así que cierra la boca.
Pero nunca pensé sentir con tanta intensidad la pérdida.
— Ella esta bien Anne. -me sentí más tranquila ante la mirada relajada de mi hermano.— Ambas han tenido complicaciones después de lo sucedido, pero veras que con los días y un buen tratamiento ella estará mucho mejor. -miro a la camilla vacía de EunJi, había tenido un ataque epiléptico esa tarde y se la habían llevado de la habitación, como siempre lo hacían.— Es fuerte, podrá con todo esto y más. -acaricio mi cabello.— ¿Necesitas que te traiga algo? Mamá dijo que no habías querido comer.
Deseaba poder volver en el tiempo, aun sabiendo que una sola cosa seria capaz de transformarlo todo. Haría de los últimos años de mi vida algo diferente.
¿Valdría la pena? ¿Cambiar todo lo bueno y lo malo que había vivido?
— YangMi se pondrá celosa. -aun así tome la flor que me entendía.
— Yo amo mucho a unnie, es el amor de mi vida, pero tu eres mi soulmate. -cubri mi rostro con ambas de mis manos, detestaba sonrojarme y más por cosas tan cursis como esa.— Ni una clase de hechizo cambiaría eso. Anne Lee Quinn y Nina Rossi Bae contra el mundo, por siempre y para siempre. Es cosa de soulmate, tu lo entiendes.
— Creí que preferías EunJi.
— Arruinas el momento SooHye. -le lance un pesado de galleta que me había sobrado.— ¿Qué? Todos te llaman así.
— No, para tí soy Anne, para mi eres EunJi.
— Mi Golden Girl me da privilegios. -lanzo su cabello hacia atrás en modo diva.
— Solo a mi Beautiful Princess. -hubo un segundo de silencio antes de reírnos ante los apodos que ambas nos habíamos dado una a la otra años atrás.
— Debería ponerme celosa. -la mirada de ambas fue a la entrada de la habitación, donde mi hermana se encontraba de pie junto a la madre de EunJi.— Pero Neun es demasiado adorable como para que lo haga, se los paso por ser soulmates.
Por un segundo más a su lado.
— ¿Quieres caminar un poco? -negó y sentí ganas de llorar porque todo el día no había querido hablar conmigo.— ¿No vas a comer? Debes hacerlo, tienes que estar fuerte, no voy a dejarte aquí. -no respondió, solo se dio media vuelta dándome la espalda, suspiré y volví a subir mis piernas a la camilla totalmente rendida, entendía que lo que ella sufría la mantenía agotada unos días más que otros.— Come tan siquiera un poco, lo tomate como un regalo de cumpleaños adelantado. -fue lo último que dije antes de recostarme al igual que ella, pero sin darle la espalda.
Una vida donde su despedida no fuera una opción.
— EunJi. -escuhaba lo que para mi eran murmullos de su parte, confinado con los ruidos causados por su camilla al moverse.— ¿Ji? ¿Necesitas algo? -comence a desesperarme cuando su cuerpo comenzó a moverse con fuerza, y la maquina a su lado comenzó a sonar, a esa hora era más insoportable.— ¡EunJi! -trate de bajar la barra de la camilla, pero mis manos temblando no me lo permitían, cuando al fin lo logre, al instante mis pies desnudos hicieron contacto con la frialdad del suelo.— ¡Todo va a estar bien! -casi retrocedo cuando pude ver con mayor claridad su cuerpo convulcionandosé, entre nuevamente en pánico, nadie llegaba y yo no sabia que hacer. Siempre que sucedía esto, alguien llegaba al instante y se iban con ella. Quise abrazarla para tranquilizarla, pero tuve miedo y de un momento a otro la habitación comenzó a llenarse de personas, miraba a todos lados tratando de encontrar a alguien de mi familia o de mi compañera, pero solo veía los mismos rostros de enfermeras y enfermeros de siempre.— ¿¡Qué sucede!? ¡EunJi!
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ஐ Decalcomaníe ஐ Min YoonGi
FanfictionLas personas suelen leer tu biografía en Internet, ver tus nuevas noticias en la televisión o escucharlas por la radio, piensan que conocen todo de ti y eso los hace lo suficientemente aptos para comentar acerca de tu vida, para decidir si lo que ha...