Culpable o No

Capítulo 6: Desesperación

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

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Capítulo 6: "Desesperación"

- ¿Qué esta diciendo?- Preguntó incrédula la madre de la chica, observándolo completamente sorprendida. Y es que esto la tomaba por sorpresa, ni siquiera sabía que Kagome tenía un... admirador... miró luego a la chica que temblaba en su regazo y tenía la vista fija en aquel desconocido. Sin duda supo la mujer que la chica estaba en shock.

- Sé que he obrado mal al venir aquí y a esta hora... invadiendo el cuarto de su hija, señor Higurashi...

El padre de la joven tenía el rostro tenso en extremo y observaba con mucha seriedad a Inuyasha. Su esposa sabía que él se estaba conteniendo, por la forma en que tenía las manos en puño y por la vena que le sobresalía en el cuello. Sí... su mujer no dudaba que fuera a golpear al descarado e insolente desconocido.

- Es una ofensa que sólo sería perdonada con la muerte...- Musitó el señor Higurashi.

- ¿Quiere batirse a duelo? Con gusto lo haré...- Sonrió con ironía.

- ¡¡No!!- Protestó la muchacha corriendo hasta su padre y tomándolo del brazo- Papá, no le haga caso, por favor, escúcheme, yo no soy su prometida, apenas lo conozco, es un hombre loco y peligroso, mejor déjelo que se vaya, por favor.

- No temas princesa...- Dijo el hombre brindándole una sonrisa que intentó fingir ser tierna, pero que a ella le resultó escalofriante-... no debes mentirle nuevamente a tus padres lo de nosotros...

Kagome lo odió con todas sus fuerzas... y nunca había odiado en su vida.

- Argg, Kagome...- Se exasperó su padre mirándola por primera vez frío y tomándola de los hombros-... ¿Qué significa todo esto? ¿Qué hace este hombre en tu habitación entonces?... ¿no me dijiste en la tarde que era un desconocido que había perdido su camino? Todo ha sido mentira... por eso estabas tan tranquila... y la pobre Kikyo que sufrió un susto casi de muerte....

- No papá... no es así... no...- Se excusó, con un nudo muy amargo en la garganta y los ojos llenos de lagrimas, se daba cuenta que se estaba hundiendo debido a sus propias mentiras-... de verdad es un desconocido...

- ¿Y por qué no gritaste por ayuda ahora? ¿por qué estabas callada a su lado y dejaste que te... tocara...- Apretó los puños de pura rabia y se contuvo de abofetearla. Se había dado cuenta que todas las pruebas estaban ahí y que su pequeña... sólo intentaba negar lo innegable.

- No tiene que ponerse así, señor Higurashi, si alguien ha cometido un agravio, ese fui yo, al entrar en la alcoba de ella...- Lo interrumpió Inuyasha posándose al lado de Kagome dejando descansar una mano en su hombro. La joven creyó que había sido tocada por el halo del mismo diablo y se alejó de él muy rápido, para luego mirarlo con repugnancia y decir casi palabras delirantes.

- Maldito mentiroso... váyase que no tengo nada que ver con usted, fuera de aquí ¡fuera!

Inuyasha posó sus ojos dorados en los de ella un instante. Kagome respiraba con fuerza desmedida, tenía la frente perlada de sudor, el corazón latiendo a mil y sentirse atrapada bajo aquella mirada le provocó, por un segundo, un sentimiento de arrepentimiento. Luego se giró y caminó hasta su ventana, en donde apoyó ambas manos en el marco de ella e inclinó la cabeza. Ya no sabía cómo salir de aquel tremendo lío...

- ¿Cómo dice que conoce a mi hija?- Preguntó al fin la señora Higurashi.

Kagome negó la cabeza y sollozó. Estaba claro que ya no le creían una sola palabra.