Capítulo 17: Rivalidad de Hermanas

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 17: "Rivalidad de hermanas"

Era como si de pronto, hasta los pajaritos hubieran dejado de cantar. Kagome sintió un dolor indescriptible en el corazón y mucha amargura en la garganta, ver que Inuyasha miraba tan absorto a su hermana fue lo más doloroso y cruel que le había tocado presenciar en su vida. Los segundos pasaron lentamente y los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas, desvió la vista hacia Kikyo, frunció el ceño, puso sus manos en puño y avanzó lentamente. Cómo odiaba su sonrisa burlona.

- Vaya, vaya... hermanita...- Dijo al fin, mirándola de pies a cabeza sin abandonar el tono burlón-... te ves... distinta...

Y era lógico. Nada quedaba de la Kagome infantil y aniñada, la que tenía enfrente era una muchacha elegante y hermosa, tanto que hasta la envidió.

- Dijeron que se habían ido a Europa... – Masculló ella, enrojeciendo de pura rabia que sentía-... es obvio que no porque el viaje en barco dura dos meses... ¿en donde han estado?

La mujer cruzó el corto trecho que las separaba, se inclinó besando la mejilla de la chiquilla pero sus ojos esta vez estaban posados en Inuyasha.

- Por ahí...- Se apartó y luego caminó hasta Inuyasha. Kagome sintió que se le congelaba el corazón, volteó y retuvo el aire-... así que... eres el novio de mi hermanita pequeña...

El hombre se quedó callado, pero la miraba absorto y Kagome no supo si él estaba disgustado o... muy impresionado. Se dio valor y caminó hasta él tomándolo del brazo, para que así Kikyo supiera que Inuyasha ya tenía dueña y no era ya ella.

- Él no es la persona que tú me describías, Kikyo, es un hombre bueno, y nos vamos a casar.

Ella sonreía, sonreía y sonreía. Kagome deseó abofetearla por mirar tan insistentemente a Inuyasha.

- Creo que...- Dijo de pronto él mirando a su prometida esta vez, con el rostro endurecido y visiblemente incómodo-... debo marcharme... te veré mañana.

La muchacha esperó su beso pero Inuyasha volteó rápidamente y se marchó en el carruaje. Ella sólo quiso llorar, se sentía tan... tonta y menospreciada... volteó y corrió hacia el interior de su casa.

Ni siquiera saludó a su madre quien estaba dando las órdenes para dejar las cajas y paquetes que habían bajado de su carruaje, sólo deseaba estar sola y llorar. Dio un portazo a su habitación y se lanzó a la cama. Las lágrimas cayeron rápidamente, sentía tanto dolor por Inuyasha que se había paralizado al ver a su hermana... y tanta rabia por ella porque parecía que había vuelto sólo para arruinar su felicidad.

- ¡Por qué! ¡Por qué tuvo que regresar!- Gimió, dando de puñetazos sobre la almohada. Nunca había sentido tanta rabia, nunca había odiado tanto a alguien, como ahora lo hacía por su propia hermana. Pero pronto se dio cuenta de lo mala que estaba siendo... ella no podía comportarse así con alguien de su propia sangre... eran hermanas... tal vez... y si tal vez Kikyo... ¿Kikyo estaba arrepentida de todo? Sí... sí, seguro, era lógico. Seguro que en el corto tiempo fuera se había dado cuenta que había cometido un error y... tal vez hasta le pediría disculpas por involucrarla en aquel problema comenzado por ella...

Pasaron horas, ni siquiera escuchaba los golpes tenues que daba la doncella y luego su madre para que abriera la puerta. No oía, sólo podía recordar el rostro de Inuyasha mirando absorto a su hermana ¿sentiría algo por ella aun? No, no podía ser... él... él sólo la noche anterior había dicho que la amaba... y ella había dejado que la viera desnuda, bueno, casi desnuda... le había permitido verla... sin oponerse, arriesgando su "reputación... si sus padres llegaban a saberlo...

Culpable o NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora