Capítulo 24: Feliz Cumpleaños.

1.1K 72 11
                                    

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 24: "Feliz Cumpleaños"

- Una muchacha tan hermosa como usted no debería estar tanto tiempo alejada de su marido...- Dijo el señor Taisho.

Kikyo hizo una mueca casi imperceptible mientras se acomodaba los guantes.

- En verdad a mi esposo poco le importo, así que no hay problema por eso.

El hombre la miró con detención sintiendo lástima por ella. Era una mujer joven, bonita, tenía el mundo a sus pies si quiera... pero estaba envenenada, amargada. No era tonto, sabía que algo había habido entre su hijo y esa mujer. Era más que lógico, las miradas a veces de rencor y odio que afloraban sobre todo en Inuyasha, la de súplica en la de ella... se imaginaba lo que había pasado. Ella había tenido un romance con él y luego... seguro su hijo no sabía que era casada y se había armado un escándalo... como no, si luego de aquel viaje, cuando llegó herido, a pesar de sus gravísimas heridas él sólo pensaba en casarse... su hijo era demasiado apasionado en cuanto a sentimientos y acciones... seguro se habría puesto como loco...

El anciano se arrellanó en su sillón y musitó casi pensativo.

- ¿No es feliz?

- No nos soportamos.- Respondió bruscamente.

- Si es tan infeliz... ¿Por qué no se divorcia? Usted es joven aun y puede rehacer su vida... no es bueno pasarse la vida amargado... no es bueno...- Musitó al fin, casi hundiéndose en sus propios pensamientos.

No le respondió, no tenía ni porqué hacerlo. Se despidió de él con una inclinación de cabeza y se marchó. Cuando subió al carruaje miró hacia lo alto de las torres del castillo, pensando y deseando, volver nuevamente a ese lugar.

&&&&&&&&

- Es... impresionante... no puedo creer que estemos en un lugar así... ¡y sobre el mar!

Inuyasha sonrió divertido y le dio golpecitos en su pequeña mano.

- Me alegro que te guste... y que bueno que no te marees... hay personas que no toleran mucho esto de andar en barco...- La miró y sonrió seductoramente-... pero a ti realmente te hace bien... definitivamente.

Kagome sonrió avergonzada, acomodándose un molesto mechón de su cabello tras su oreja. No tenía que ser adivina para saber que a pesar de llevar un pequeño sombrero, su peinado estaba arruinado, los bucles caían desordenadamente en la cara y tras la espalda.

- Estoy completamente despeinada, no creo que esto me haga ver bien.

- ¡Oh! Pero en verdad te hace ver bien... – Y sus ojos brillaron en pleno día-... más que bien diría yo...- Su mano alcanzó un mechón de su cabello que se negaba a quedar rígido o escondido bajo el sombrero-... luces... radiante.... natural... excitante...

Kagome sonrió con inocencia y desvió la vista hacia el mar. Mientras el viento soplaba fuertemente ella se alejó del balcón y entró en la espaciosa y lujosa recámara. Se sentó en la cama y se quitó el tocado de su sombrero. Inuyasha cerró la puerta corrediza de grueso vidrio y entró en la alcoba.

- El capitán nos ha invitado a comer a su mesa esta noche ¿Qué te parece?

La muchacha lo miró de soslayo mientras se quitaba los pendientes.

Culpable o NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora