Capítulo 15: Enemigo al Acecho

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 15: "Enemigo al acecho"

Su beso era suave, tan suave y lento que sentía que se había transportado a otro mundo, o a las nubes.

Fue tortuoso el que él separa su boca de la suya, deseaba más... más... entreabrió los ojos, los latidos de su corazón y su respiración se habían apaciguado. Cuando el hombre posó sus ojos ardientes en su mirada ella jadeó y ocultó el rostro en su pecho deseando tranquilizarse. Aun no podía estarlo, sentía que la habitación seguía dando vueltas y vueltas...

La sostuvo desde su espalda y él también se tranquilizó. Jamás había sentido todo aquello cuando besaba a una mujer ¡Por todos los dioses! ¿Por qué con ella era distinto? ¿Por qué? Besarla era la cosa más embriagadora, dulce y enloquecedora...

- Kagome...- Susurró de pronto.

Ella tembló y no quiso apartar su rostro de su pecho. Tenía miedo ¿Y si le decía que... no significaba nada? ¿Si se reía en su cara diciéndole que esto era parte de su venganza? ¿Si el "te quiero" había sido una mentira como las mentiras de amor de Houyo?... volvió a respirar apresuradamente, asustada, a la expectativa, hubiera querido que el tiempo, el momento, se detuviera... todo parecía tan... maravilloso...

- Debemos volver a la fiesta...- Musitó él al fin con voz normal y tomándola de los hombros para separarla de su pecho.

La joven suspiró y luego de un instante alzó la mirada a él y asintió. Inuyasha le sonrió y se inclinó otra vez para besarla, ella se dejó fácilmente. Sentía ahora que cada vez que ese hombre lo hacía su corazón se rebozaba de felicidad y que perdía la noción del tiempo y el espacio. Sin contar con lo agradablemente perturbador que era ser besada por él... sus besos eran expertos, húmedos, deliciosos y tiernos. Alguien la besaba porque la quería... a ella, sólo a ella...

- Me... me gustaría seguir así...- Musitó el hombre, entre sus labios y posando una mano en su mejilla-... pero... debemos volver...

- Sí... sí...

Él apoyó su frente contra la suya y permaneció en silencio un momento. Pensaba en el drástico vuelco de las cosas ahora. No sólo en la situación entre ambos... también... en sus sentimientos... suspiró y le dio su brazo, ella se apoyó en él mientras alisaba la tela de su vestido y luego el flequillo, respiró fuertemente otra vez recuperando la compostura y aparentando normalidad... aunque le era imposible, estando a su lado, nada era normal.

- Oh, pero si aquí están...- Interrumpió el anciano a su paso. Inuyasha soltó a Kagome y ella sintió como si lo hubiera perdido, como si otra vez se hubiera quedado sola y abandonada. Lo vio acercarse a un grupo de hombres y hablar con ellos. La muchacha suspiró desolada-... no te preocupes pequeña... él volverá a ti, ahora es inevitable el que atienda a los invitados... – Agregó Inu Taisho tomándole una mano y dándole golpecitos con la otra para reconfortarla.

La presentó a sus amigos, gente educada y adinerada sin duda, y aunque intentó contestar a todas sus preguntas, a seguir el hilo de la conversación a cerca de cualquier tema, su mirada y su mente sólo estaban concentradas en él. Inuyasha...

- Veo que mi hijo te ha dado ese collar... es muy famoso ¿sabes?

Ella lo tocó con la punta de los dedos y evocó aquel momento otra vez.

- ¿Sí?

- Las esmeraldas eran de mi querida esposa, Izayoi... la madre de Inuyasha... – Explicó-... quien se lo legó para que se lo obsequiara a su futura esposa... por supuesto muchas de las damas aquí presentes hubieran deseado ser la elegida... pero finalmente serás tú...

Culpable o NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora