Culpable o No

Capítulo 22: El Calor de sus Brazos

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 22: "El Calor de sus Brazos"

El cielo estaba gris y el viento era parecido a aquel que provocaba los terribles tifones. Jakotsu suspiró y pensó que si las cosas seguían así, si en verdad se aproximaba un tifón, su querido y adorado Inuyasha no podría viajar... lo cual significaba, no iba a tener su Luna de Miel con aquella chiquilla tonta.

Volvió a suspirar. Cómo hubiera deseado estar en aquella fiesta, no importaba que fuera la celebración de su matrimonio, quería verlo, seguramente su traje impecable de etiqueta le hubiera resaltado lo guapo que era. Ahh, seguro que sí. Maldita rivalidad de Bankotsu con él. Si no se odiaran casi a muerte (en realidad admitía que era su hermano quien lo provocaba) hubiera estado en aquella fiesta. Ahhh, la noche anterior estuvo tentado a saltar la cerca y aparecerse allí... pero estaba seguro que si lo hacía sería echado a patadas. ¡Pero la culpa la tenía Bankotsu!

Ladeó la cabeza e imaginó la fiesta otra vez. No le quedaba otra. Una gota cayó y luego otra. En segundos comenzó a llover y en menos tiempo la fina lluvia fue un aguacero. Era tan tupida que ni siquiera se podía ver nada en un par de metros. El viento soplaba, los árboles de inclinaban y algunas ramas volaron por los aires. ¡Cielos! ¡Esto sí era un tifón! La casa crujió, un árbol se desprendió de raíz y casi le dio de lleno en el hombre que a duras penas galopaba en su caballo. Lo reconoció, era su hermano mayor ¿a qué hora había salido? Aun no amanecía por completo ¿acaso no había dormido en la casa?

- Ahhh ya te conseguiste amante nueva ¿verdad?

El de ojos azules alzó la barbilla y se sacó el abrigo empapado en agua. Lo sacudió y luego se lo entregó a un sirviente quien además le recibió el sombrero y las botas.

- En esta ciudad no queda ninguna que valga la pena...- Rezongó y llamó a una sirvienta a gritos pidiéndole un café bien caliente. Se sobó las manos y agradeció que la chimenea de la sala estuviera encendida, se sentó en el sillón que estaba junto a ella y esperó desentumecer su gélido cuerpo.

- ¿Y entonces? ¿en donde andabas?

Bankotsu estiró las piernas y los brazos y le sonrió a su afeminado hermano.

- Averiguando por ahí...- Se sonrió-... tengo información de primera mano de la fiesta de los Taisho...

- ¡¡¡No!!! - Jakotsu se había echado a sus pies y lo había mirado expectante y entusiasta.- ¿Estuviste ahí? ¿en serio?

El de ojos azules sonrió más y se tocó la barbilla, evocando el momento.

- No tuvo nada de especial... excepto un momento... sii... nuestro querido empleado fue sorprendido por el propio novio, a solas, en un salón, junto a la novia...

El otro abrió los ojos desproporcionadamente.

- ¡NOOO! ¿Lo engañaban? – Rió feliz- ¡A mi querido Inuyasha le ponen los cuernos!

- Buee... bueno, no tan así...

- ¿Como que no? Si la novia esta sola con su ex prometido...

- Inuyasha se puso furioso, lo hubieras visto... pero nadie más pensó mal, es que nadie sabe que Houyo fue novio de ella primero que Inuyasha... ese rumor tendremos que divulgarlo...

Jakotsu se cruzó de brazos e hizo un gesto desilusionado.

- Veo ahora lo que pretendías. Querías que Inuyasha matara al tontito de Houyo y que lo llevaran a la cárcel por eso...