PERFIDY, payton moormeier.

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Payton Moormeier •

"Estaré adentro después de llenarlo." Le digo mientras salgo estacionado al lado medidor de gas. Solo necesitaba recargar para asegurarme de que llegaríamos hasta Washington.

Ella asiente mientras camina hacia la pequeña tienda de la gasolinera, dejando su cámara en el auto. Observé mientras se echaba su largo cabello rubio detrás de los hombros, metiéndolo detrás de las orejas. Entró casualmente a la tienda, desapareciendo de mi vista cuando sonó la campana.

Me vuelvo hacia el medidor de gasolina, agarro la bomba y la meto en el tanque de gasolina. Empiezo a llenar el tanque, apoyándome contra el costado del auto.

Realmente estábamos en medio de la nada, probablemente los únicos clientes aquí en todo el día.

Segundos después, mis jeans comenzaron a vibrar al ritmo, haciéndome pescar mis manos en mi bolsillo trasero para recuperar mi teléfono. Miré hacia abajo y vi que era Quinton, no tenía ni idea de por qué estaba llamando. Presiono el verde, aceptando su llamada, y me lo llevo al oído.

"¿Sí?" Contesto mientras me giro hacia el medidor y veo volar el número.

"Por favor, dime que no eres tú quien conduce el convertible rojo." Inmediatamente entró en pánico.

Miro hacia el convertible rojo que estaba llenando de gasolina.

"Quiero decir, ese es el auto que me dejó conducir, así que sí". Me encojo de hombros.

"¡Tienes que irte ahora!" Grita, haciéndome alejar el altavoz de mi oído.

"¿Por qué? ¿Cómo sabes dónde estoy?" Frunzo el ceño, era demasiado pronto para esto.

"¡Porque te están engañando! Hay un rastreador en tu auto".

Me quedé paralizado en mi postura, mirando la boquilla de gasolina en el tanque y soltando el botón.

"¿De qué estás hablando?" Saco el pico y lo vuelvo a meter en el soporte, atornillando la tapa del tanque de gasolina.

"¡Payton, ellos ya vienen!" Me advierte en pánico.

Dejo de moverme, mi mano todavía en la manija de la bomba de gasolina mientras estaba sentada en el soporte. Sus palabras resonaron en mi cabeza, haciendo que mi estómago se apretara. Miro lentamente alrededor del medidor de gas hacia la carretera abierta, y justo cuando lo hice vi algo que no quería ver.

Tiene que ser una jodida broma.

Un gran Range Rover negro volando por el largo camino vacío hacia la gasolinera aún más vacía. Todavía estaban a una buena distancia, pero lo suficientemente cerca como para que no tuviera tiempo de actuar. Esos coches no significaban nada más que malas noticias para mí.

"Oh, mierda..." murmuro tranquilamente en voz baja. "Ellos me encontraron, Quinton."

"¡Súbete a tu coche y vete! ¡También puedo verlos en el GPS, todavía puedes escapar si te vas ahora mismo!" Grita con intensidad, pero no entendió mi posición.

Me agacho detrás del medidor de gas, haciéndome invisible para la carretera en la que estaban. Me levanto las gafas de sol sobre la cabeza, pellizcándome el puente de la nariz con frustración.

"Valene está en la tienda." Susurro un grito en el teléfono.

"¡Déjala! Te matarán." Grita como si estuviera siendo estúpido.

Miro hacia la tienda, esperando verla salir, pero rápidamente entiendo que no tuve tanta suerte.

"¡No puedo dejarla aquí!" Escupo entre mis dientes apretados.