"Fumar es malo, ¿sabes?" La plácida voz habló desde el distante rincón oscuro, no se veía nada más que una silueta alta y el brillo anaranjado de una cereza de cigarrillo.
"Es el menor de mis problemas", murmuro con el mío entre mis labios, procedie...
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Me paré en la plataforma, frente a tres espejos que me permitían verme desde múltiples ángulos. El vestido rojo me abrazó en todos los lugares correctos, delgado en el torso pero fluía delicadamente por mis piernas. El escote corazón era profundo, pero solo cubría el encaje blanco debajo de él. La longitud del vestido acababa de tocar el suelo con una hendidura, formando sólo un par de pulgadas detrás de mí. Tenía dos tirantes finos en la parte superior, lo cual era genial porque los vestidos sin tirantes siempre tienden a ponerme nerviosa. Me sentí tan alta con estos tacones negros, sería interesante caminar sobre ellos. Estaban bastante abiertos además de una pequeña correa alrededor de mi tobillo.
Mi cabello tenía rizos sueltos, pero el cabello estaba lo suficientemente rociado como para permanecer intacto. En mi lado derecho, mi cabello estaba recortado un poco hacia atrás con una gema roja, a juego con el vestido. Hizo un trabajo increíble, me sentía tan bonita.
Mis ojos estaban humeantes como ella dijo, oscuros y prominentes con pestañas postizas que solo hacían resaltar el azul de mis iris. Mis labios eran de un rojo mate, un tono cereza que también combinaba con el vestido. El resto de mi cara estaba maquillada, pero ella se las arregló para que pareciera tan natural. Aprendí durante nuestro tiempo juntas que su nombre era Lynn, tiene poco más de cuarenta años y le gustan los cócteles cosmopolitas.
"Preciosa." Ella camina por detrás, significativamente más baja que yo cuando estaba en tacones y en una plataforma.
"Hiciste un trabajo increíble, muchas gracias". Sonrío agradecida.
"¿Estás feliz?" Ella sonríe.
Me miro en el espejo, mirándome a los ojos. Tantos pensamientos aparecieron en mi cabeza. Su pregunta estaba destinada a ser nada más que un tema de discusión ligera, pero sin embargo, solo me hizo sentir vacía.
Aparté mis ojos de mí misma y mire los de ella a través del espejo, esbozando una sonrisa.
"Me has hecho sentir bien, gracias". Respondo de la mejor manera que pude.
"Te daré un poco de privacidad para que te acostumbres". Frota mis brazos y se da la vuelta, saliendo del dormitorio después de pasar casi dos horas conmigo. Ella ha hecho tanto; cabello, maquillaje, incluso me vistió. Quiero decir, me puse el conjunto de lencería blanca, pero ella me puso el vestido. Le pregunté sobre el set y por qué importaba lo que me pusiera debajo del vestido, y ella simplemente me dijo que era solo para hacerme sentir hermosa.
Lynn es una dama muy agradable.
Mirándome a mí misma, esbozo una pequeña sonrisa de nuevo. Nunca me he sentido menos como yo en mi vida, pero fue un cambio agradable. Nunca me habían arreglado tan profesionalmente así, pero estaba nerviosa por lo que vendría. Mis manos recorrieron suavemente los lados del vestido, sintiendo que se ajustaba a mi cuerpo. La textura era rica, ni siquiera quería saber cuánto costaba todo esto.
