PERFIDY, payton moormeier.

34

Evidencia: necesitaba evidencia.

No podía evitar físicamente que Payton lastimara a la gente, obviamente no era rival para él. Ni siquiera sé completamente lo que hace y estoy segura de que yo no era una competidora para interponerme entre eso. Además, por mucho que lo odie, actué obediente para que él no sospechara de mis verdaderas intenciones.

Todo lo que tenía era una cámara y un poco de coraje.

Tenía que acumular suficientes pruebas en su contra que lo llevarían directamente a prisión sin posibilidad de libertad condicional. Necesitaba hacer que la evidencia sellara a prueba para que no hubiera forma de escapar de ella en la corte. Porque si realmente lo entrego, pero él gana el caso, soy una mujer muerta.

Pero si lo meto en la cárcel, soy una mujer libre.

Aunque en el momento en que empiece a hacer esto, no hay vuelta atrás. Quiero pensar que sería más fácil escucharlo y seguir con mi vida, pero en el fondo sabía que eso no era cierto. Nunca es tan fácil con él, si sigo por este camino, terminaré en una situación mucho peor y nunca escaparé. Tenía que hacer esto, o pasaré el resto de mi vida con miedo de que este hombre aparezca en alguna parte.

Así que ahora aquí estaba sentada en el backstage de mi camerino, diez minutos antes de que comience el concierto.

Terminamos haciendo la prueba de sonido, un largo viaje silencioso para los dos. Cada vez que Payton hablaba, ponía una sonrisa, siendo la mujer sumisa que él quería que fuera. Poco sabía él que mi mente era un carnaval de lo que le iba a hacer.

En la prueba de sonido, caminé y tomé mis fotos, sin ser vista ni escuchada. Recuerdo verlos desde las cortinas, sosteniendo mi cámara. Hice lo que se suponía que debía hacer, mantenerme fuera de su camino y no tomarle una foto directamente.

Ahora aquí estaba yo, escuchando a la multitud gritando vitorear mientras esperaban que la banda actuara durante las próximas dos horas. Estaba en mi camerino, sentada en mi sofá de cuero con las manos en mi regazo y mi pierna temblando por los nervios.

En la mesa frente a mí estaba mi cámara y dos tarjetas de memoria. Las miré con un nudo nervioso en el estómago, sabiendo lo que iba a hacer y lo arriesgado que podía ser.

"¡Valene, te necesito en el suelo!" Jafari llamó a la puerta y esta tembló.

Levanté la cabeza y sentí la boca en el estómago, mis manos sudorosas apretaron mis temblorosas rodillas.

"¡Voy!" Yo grito.

Agarro la cámara de la mesa negra y me coloco la correa alrededor del cuello. Mis dedos agarran una de las tarjetas de memoria, la coloco en la cámara mientras tomo la extra y la meto en mi sostén. Me pongo de pie y ajusto mi apariencia muy rápido antes de tragarme los nervios y dirigirme hacia la puerta.

Puedo hacer esto.

Abro la puerta de mi camerino, solo para ver a Payton abriendo la suya frente a mí exactamente al mismo tiempo. No podría haberlo cronometrado peor.

Llevaba una camisa negra y una franela azul oscuro en los brazos, los ojos se posaron directamente en los míos mientras sus dedo pulgar e índice le acariciaban la nariz enrojecida.

Me congelé en mi puerta, mis pies perdieron la capacidad de moverse. Una sonrisa sensual y una fuerte inhalación por su nariz me dieron la fachada desviada de una estrella de rock y su amor por los narcóticos.

"Corre ahora." Murmura, el blanco de sus ojos de un rojo vidrioso. "Ve a tomar tus fotos".

Cierro la puerta y me apresuro hacia el escenario, dejándolo en mi rastro. Me aclaro la garganta e ignoro la pequeña interacción, mis zapatillas se apresuran por el brillante suelo negro.