Visita a la colina

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En la mañana siguiente Orfeo fue el primero que despertó y se quedó admirando a la dulce Eurídice mientras dormía, quería besarla y cedió a la tentación y la besó lentamente, siente unas cálidas manos en su nuca y la acerca más a él, lentamente se separan y juntan sus frentes, finalmente Orfeo dijo:

- ¿Quieres salir a dar un paseo?

- Si, respondió la Ninfa contenta, Orfeo había aprendido que a Eurídice no le gustaba estar encerrada en casa todo el día, era una Ninfa después de todo.

Orfeo se duchó y espero a que Eurídice se duchara y cuando ella estaba lista fueron a una hermosa colina, Orfeo se había propuesto enseñarle los lugares donde le gustaba tocar su lira, otra cosa que había aprendido de la hermosa Ninfa era, que era la mayor fan de sus canciones, incluso llegó a tener envidia de estas  por la atención que la hermosa Ninfa ponía en ellas.

Después de una hermosa melodía Orfeo tomo la mano de Eurídice y le susurró al oído:

- Quiero mostrarte algo

Corrieron hasta llegar a una hermosa cabaña y Orfeo le explico a Eurídice que está era la casa de una de sus mejores amigas Elisme, una Ninfa de bosque muy agradable.

- ¡Orfeo!, cuánto tiempo sin verte amigo dijo con alegria la Ninfa, ahh quien es ella dijo la Ninfa encantada con Eurídice, soy Elisme pero puedes llamarme Eli cómo gustes, ¿Quieren algo de beber?, no me vas a presentar

- Tranquila, Eli ella es Eurídice, Euridice ella es Elisme una de mis mejores amigas, y ¿Me das una poco de agua?¿Por favor?

- Un gusto en conocerte Eurídice y se lanza y la abraza, espérate ahora te traigo el agua

Pasaron el día en casa de Elisme jugando y contándose aventuras, cuando empezó a oscurecer se despidieron de Elisme y fueron de camino a su casa, al llegar Eurídice fue a ducharse mientras Orfeo preparaba la cena y ponía la mesa.

Al salir Eurídice comenzaron a cenar, después de la cena Eurídice se quedó dormida en el sofá y Orfeo la cargo con delicadeza y la acostó en la cama, besó su frente y decidió tocar un poco frente al lago.

Mientras tocaba el joven se esmeró tanto que las plantas se movían al ritmo de su música tranquila y las aguas del lago se movían al con el viento delicadamente estaba tan concentrado en su magnífica música que no notó que su amada lo observaba.

Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora