Una carta

46 9 3
                                    


Advertencia, si eres menos de edad no leas esta capítulo no nos responsabilizamos por traumas

Cuando Orfeo estaba justo al frente de su casa se abalanzó sobre Eurídice y le susurro

- Me debes un regalo, ¿Recuerdas?, dijo Orfeo con voz ronca por la excitación.

- Eres impaciente sabías, dijo Eurídice con voz entrecortada al sentir la excitación de Orfeo.

- Pero así me quieres, y dicho esto la besó y la alzó, la Ninfa al ser elevada entre besos colocó sus piernas en la cintura de Orfeo, el hijo de Apolo con un poco de dificultad abrió la puerta aún con las piernas de la Ninfa en su cintura y la sentó en la mesa y ahí empezó a desabrochar el hermoso vestido de su amada

Eurídice empezó a retirar botón por botón de la camisa de Orfeo y cuando los quito todos la lanzó a quien sabe que parte de la sala en la que se encontraban.

Orfeo abrió las piernas de Eurídice y después de un rato intentando quitarle el sujetador se cansó y lo rompió

- Me me debes un sujetador, dijo Eurídice con voz entrecortada

- Te comprare los que quieras, dijo Orfeo alejándose para retirar su pantalón y sus bóxers.

- Eurídice con una mirada curiosa tomó el miembro de Orfeo entre sus manos a lo que el hijo de Apolo gimió fuertemente, había hecho eso con otras mujeres antes pero con Eurídice era aún mejor.

- Eurídice siguió moviendo su mano lentamente y después de unos minutos siente a Orfeo temblar y ve cómo llega al orgasmo

- Dios mujer segura que no has hecho esto antes, dijo y vio cómo Eurídice se sonrojaba y la besó, y Orfeo comenzó a retirar la prenda que cubría su intimidad.

- ¿Lista?, dijo Orfeo mirando a una Eurídice muy sonrojada

- Hazme tuya, ya dijo Eurídice en un susurro

- Orfeo no aguanto las ganas de poseerla y entro en ella de una embestida

Comenzó a embestirla rápida y profundamente, mientras Eurídice gemía con fuerza, mientras movía sus caderas al ritmo de más embestidas de Orfeo

- Más rápido ah por favor, dijo Eurídice gimiendo, mientras con sus piernas empujaba el cuerpo de Orfeo hacia ella.

Orfeo empezó a moverse con brusquedad y con su mano libre empezó a acariciar su clitoris

- Ahh ahh, Te amo, dijo entre gemidos Eurídice

- Ah, esta vez fue el el que gimió, Yo también te amo pequeña, dijo susurrándole lo ultimo al oído

Orfeo sintió cómo las paredes de la Ninfa se contraían contra su miembro y cómo enterraba sus uñas en su espalda

- Dios mujer me aprietas tanto, dijo y entrelazó sus manos llegando al orgasmo juntos, después de un rato Orfeo cargo a Eurídice y se dirigió a la cama, ahí se recostó con ella en su pecho y cayeron en brazos del morfeo

Orfeo despertó horas después con un peso en su pecho y observó a su amada, tenia sus hermosos ojos cerrados y sus largas pestañas descansaban en sus mejillas y su largo y hermoso cabello pelirrojo estaba espandido en su pecho era completamente hermosa, intentó levantarse sin despertarla y al levantarse ella se mueve un poco pero no se despierta, Orfeo se pone un bóxer y sale al patio y allí encuentra una carta, al revisar de quien era la carta se queda estupefacto.

Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora