Ella

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Advertencia: Si eres menor de edad no leas esta parte, no nos responsabilizamos por traumas.

Al Orfeo darse la vuelta visualiza a la hermosa Eurídice con una de las tan hermosas sonrisas que le gustaban a Orfeo y se acercó a el y se sentó entre sus piernas, y apoyó su cabeza en su pecho, Orfeo sintió tanta tranquilidad con la Ninfa apoyada en su pecho que su melodía se hizo aún más magnífica.

Al terminar de tocar Orfeo baja su cabeza y al ver a Eurídice mirándolo tan fijamente y con tanta paz en su rostro lo cual la hacía más hermosa de lo que ya era, y la besa apasionadamente, el beso se fue haciendo más apasionado con el tiempo, Orfeo cargo a Eurídice y la acostó con delicadeza en la cama.

Descendió hasta su cuello y lo besó y succionó hasta dejarles pequeñas marcas rojas, haciendo jadear a la Ninfa.

Fue descendiendo hasta sus pechos, así que desabrochó el vestido y su sujetador blanco, y dejo libres sus dos hermosos pechos, al mirar a los ojos a Eurídice la encuentra totalmente ruborizada y ve que intenta taparse, pero el sostiene sus manos para evitar que lo haga

- No te cubras, eres hermosa, eres la perfección hecha carne

Empieza a tocar sus pezones lentamente a lo que la Ninfa jadea como su fuera lo más maravilloso que hubiese sentido, lo que excitó más a Orfeo, el hijo de Apolo retira el vestido completamente y lo tira a algún lado de la habitación, abre sus piernas y se sitúa en ellas y empieza a besar los pechos de Eurídice, había compartido lecho con algunas mujeres antes, pero ninguna virgen por lo tanto esta era una experiencia nueva para el.

A la Ninfa se le escapa un ligero gemido de placer a lo que Orfeo la mira a los ojos, nunca había escuchado algo tan dulce, la besa lentamente y Eurídice agarra su camisa como intentando quitársela y Orfeo la mira, al ver los ojos mieles de Orfeo clavarse en ella quitando su camisa, Eurídice toma desconfianza y Orfeo le dice

-No temas quítamela, a lo que Eurídice retira la camisa de Orfeo y la arroja junto con su vestido.

Orfeo continúa con su labor besando los pechos de su amada, succionando fuertemente como si buscase un líquido que aún era inexistente allí, Eurídice solo puede jadear y gemir por lo que siente.

Mientras Orfeo succionaba los pechos de su amada sin control sintió cómo sus finos dedos acariciaban su cabello, a lo que se excitó más, pero debía controlarse por ella, era su primera vez debía ser especial.

Después de aproximadamente 15 minutos para de besar sus pechos y mira a la Ninfa la cual estaba sudada y ruborizada, lo que la hacía ver más bella aún.

Así que la besó apasionadamente mientras acariciaba sus rojos cabellos, baja lentamente por su vientre, y la mira como pidiendo permiso para quitarle la ultima prenda que le quedaba, ella asiente dándole el permiso.

Al quitarle la prenda Orfeo la mira embobado por lo hermosa que era

- No me mires así, me da vergüenza

- No sientas vergüenza de mi, eres hermosa

Y Orfeo empieza a besar su intimidad a lo que Eurídice gime con más fuerza que las anteriores veces, y acaricia sus cabellos incitándole a seguir con su labor, después de unos minutos Orfeo sentía cómo su miembro parecía querer salir de su pantalón, y siente cómo la Ninfa tiembla

- Orfe, Orfeo nesesito ir al baño por favor.

Y de un momento a otro siente el orgasmo de su amada venir, después de retirar todo con su lengua, sube y mira a la Ninfa, la cual estaba adornada por una fina capa de sudor y tenia los labios enrojecidos, seguro se los había mordido al llegar al orgasmo.

Orfeo retira su pantalón y sus bóxers y ve la inquietud de la Ninfa al ver el tamaño de su miembro

- Tranquila no te lastimare, susurra al oído de su amada, relájate

La Ninfa relaja sus piernas y Orfeo se vuelve a situar en ellas

- ¿Estas lista?, la Ninfa asiente y el hijo de Apolo entra en ella lentamente, ve cómo lagrimas caen por el rostro de la Ninfa y este las limpia lentamente

- Lo siento yo no, y antes de terminar la oración la Ninfa lo calla con uno de sus dedos

- Tranquilo se que no quisiste, es normal que me duela

Orfeo empieza a repartir besos por toda la cara de su amada y a susúrrale palabras de amor, hasta que siente cómo Eurídice mueve su cadera dándole le señal que tanto esperaba

Empezó con sus embestidas lentas y escuchaba los gemidos de dolor de su amada los cuales después de unos minutos se convirtieron en gemidos de placer, Orfeo aumento la velocidad de sus embestidas hasta que se volvieron tan rápidas que sus cuerpos emitían ese sonido erotico.

- Eres mía, dijo el hijo de Apolo, abre los ojos ordeno Orfeo

Euridice abrió sus hermosos ojos verdes encontrándose con los mieles de Orfeo

- Mia, volvió a repetir Orfeo mientras aceleraba sus embestidas

- Soy tuya, acepto Eurídice clavando sus uñas en la espalda de su amado.

Orfeó al sentir las uñas de su amada en su espalda, sostiene sus largas piernas y las coloca en sus caderas profundizando la penetración.

Orfeo la siente temblar en sus brazos y termina dentro de la hermosa Ninfa.

Mientras los dos intentaban recuperar la respiración, Orfeo atrajo a Eurídice hacía el y antes caer en brazos del morfeo le dijo

- Te amo

Ella lo abrazo con mas fuerza y le susurro, Yo también te amo y finalmente los dos cayeron en brazos de morfeo.

Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora