Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antes

¿Hijos?

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-Imagínate una hermosa niña con los cabellos pelirrojos y ojos verdes, no sería completamente hermosa, sería mi pequeña bebe, dijo Orfeo emocionado

-Tranquilo cariño.

- O un hermoso niño como tú.

- Aún no estoy embarazada

- Pero podemos arreglar eso, dijo subiendo una mano por su pierna

- Si pero primero tenemos que hacer algo de comer, tengo hambre, ¿Quieres algo de comer?

- Si por favor.

Eurídice preparó la cena y Orfeo fue a comer mientras la observaba comer pacíficamente siguió pensando en su deseo de tener hijos con ella, le faltaban 3 días en la cabaña así que tendrían mucho tiempo libre para procrearlos.

- Estuvo deliciosa la cena, pero ahora toca mi postre, ven acá.

Orfeo se acercó a ella y le agarró por la cintura y la tumbó en el sofá mientras el se situaba encima de ella, rápidamente atacó su cuello y lo mordió dejando marcas.

- Te deseo mujer, te deseo tanto

Ella solo gimió como respuesta y el comenzó a quitarle la camisa que le había puesto.

- No había notado lo bien que te quedan mis camisas pequeña, pero me encanta como se ven en tu perfecto cuerpo

Siguió besando su cuello hasta que se encontró con sus pechos y mordió ligeramente uno de estos, bajo una mano a su parte íntima y vio cómo ella tapaba su boca para no gemir, estaba muy mojada, quitó rápidamente su pantalón y rápidamente se introdujo en ella, dándole la vuelta para que ella quedara encima de él y ella se movió con un poco de torpeza a lo que él la ayudo a moverse con sus manos, Orfeo la agarró por la barbilla y sus ojos se conectaron a lo que la atrajo y la besó mientras seguía ayudándola a moverse, ella ahogó un grito en sus labios y finalmente llegaron al orgasmo juntos

- ¿Te gustaría probar algo nuevo?

- Si si, dijo entre jadeos

- Dolerá al principio, pero luego te gustara

Orfeo la alzo un poco y entro su miembro por su otro orificio a lo que ella grito de dolor.

- Estas bien, princesa, quieres que me detenga si quieres que me detenga paramos ahora mismo

- Estoy bien

Orfeo besó su cuello para relajarla un poco ya que sabía que era muy sensible en esa parte.

- ¿Estás lista?

- Si, solo se cariñoso al principio, es realmente grande

Orfeo sonrió y la ayudo a moverse mientras introducía 2 dedos en su intimidad y comenzó a escuchar como sus gemidos de dolor se convertían en gemidos de placer

- ¿Como se siente?, dijo escuchándola gritar

- Ahh, me me gusta

Eurídice puso sus manos en el pecho de su amado y sintió cómo terminaba dentro de ella y como su esperma salía por su orificio.

Después de unas horas Orfeo sintió cómo su esposa caía rendida en su pecho, el la acurrucó en su pecho y la tapó con una manta y la besó a lo que ella correspondió mientras acariciaba su mejilla y su espalda.

-Te amo como no imaginas, princesa, dijo abrazándola con más fuerza.

Ella sonrió y el acarició sus sudados y pelirrojos cabellos, besó su frente y la observó hasta que se quedó dormida, se veía hermosa y era suya, su esposa.