Un lugar especial

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Advertencia: este capituló contiene lemon, leerlo bajo tu responsabilidad

La carroza se detuvo en una cabaña hermosa, estaba llena de luces y tenía un lago hermoso al lado.

- Es hermosa, dijo Eurídice admirando el lugar

- La prepare para ti, dijo y la cargo quitándole sus zapatos

Orfeo la bajo y quitó su vestido el cual calló rápidamente por su cuerpo dejándola en ropa interior de un color rojo que excitó al chico y quitó los accesorios de su cabello mientras un ligero rubor aparecía en la cara de ella, mientras el quitaba su cinturón

El volvió a cargarla y mientras ella intentaba quitar su americana y su camisa, el abrió la puerta de la cabaña para llegar al lago mientras ella con sus piernas retiraba sus pantalones y Orfeo ágilmente quitó sus zapatos quedando los dos en ropa interior.

Orfeo comenzó a bajar los escalones de piedra de el lago que había preparado, mientras ella junto sus frentes un momento y luego lo besó mientras acariciaba su mejilla algo que relajaba al chico y calmaba su deseo de tomarla ahí mismo.

Cuando estaban completamente dentro del lago Orfeo comenzó a mojar los cabellos de su esposa y bajo a su cuello el cual mordió un poco fuerte escuchando un suspiro de parte de ella y comenzó a rosar su intimidad con la de ella haciendo que ella sintiera su excitación, ella gimió al sentir lo duro que estaba.

- Sientes eso, dijo volviendo a rozar sus intimidades, lo sientes tú me tienes así, desde que te vi, te amo pequeña y esta noche te haré mía.

- Ya soy tuya, dijo sonriendo, solo tuya.

Orfeo al escuchar eso volvió a besar sus labios rosas, y acarició el anillo en su mano y la entrelazó con la suya mientras que con la otra acariciaba sus curvas, ya quería estar dentro de ese lugar tan caliente, húmedo y suave que le pertenecía, pero tenía que esperar, era su primera noche de casados y tenían tiempo de sobra para hacer lo que quisieran.

Ella soltó otro suspiro de placer al sentir cómo besaba y succionaba su cuello mientras que con su mano acariciaba sus curvas, ella quería darle el placer que el le daba, pero no sabía cómo hacerlo, pero debía intentarlo.

El la sacó del lago y comenzó a encaminarse mientras se besaban a la cama la cual con un poco de dificultad encontraron,y el la tumbo delicadamente en está mientras ella intentaba sentarse en su regazo, después de unos segundos lo logró y el la miro un poco sorprendido, ella comenzó a besar su trabajado pecho y siguió bajando hasta encontrarse con sus calzoncillos y los quitó dejándolo completamente desnudo, Orfeo se sorprendió al sentir su húmeda lengua en la punta de su miembro.

- Pequeña no tienes que hacer eso, dijo jadeando

- Quiero que tú sientas lo que me haces sentir, dijo y comenzó a besarlo lentamente, su miembro era demaciado grande para caber en su boca, así que sólo pudo introducir la mitad en está, mientras Orfeo gemía lo cual incitaba a mas a la Ninfa a seguir con su labor hasta que sintió cómo el casi llegaba al orgasmo y lo retiro de su boca y terminó su labor con sus manos.

-Por los dioses mujer, donde te enseñaron a hacer eso

-¿Te gusto?, dijo ruborizada y mirándolo tímidamente.

- Me encanto que hicieras eso pequeña, sabes me gusta mucho tu ropa interior pero más me gustará quitártela.

Orfeo quitó la ropa interior de ella y comenzó a pellizcar sus pechos mientras besaba el otro, cuando se cansó de estos bajo por su cuello y por su vientre hasta llegar a su intimidad, la cual besó mientras su esposa gemía y acariciaba sus negros cabellos, el agarró sus piernas y las abrió aún más y mientras las soltaba para entrar un dedo en su intimidad, mientras ella soltaba un pequeño grito de placer, y cerró sus piernas las cuales agarraron su cabeza al llegar al orgasmo.

Al sentir que ella estaba completamente mojada para el rozo su miembro contra su vagina y antes de que ella se quejara entro bruscamente en ella, a lo que ella gimió sintiendo un poco de dolor que se quitó rápidamente al sentir como el se movía dentro de ella.

El comenzó a gruñir mientras se movía muy rápido dentro de su esposa mientras ella gritaba de placer al sentir como tocaba sus paredes.

- Grita princesa, dijo moviéndose en círculos sintiendo como ella gritaba más fuerte.

- Ahhhh, grito

- Ah, gimió Orfeo al sentir sus piernas en su cintura y sus uñas en su espalda

- Pequeña traviesa, dijo Orfeo a su oído frenando sus embestidas

- Ah porque te detienes, dijo Eurídice apretando su cintura con sus piernas para seguir con las embestidas.

- ¿Que es lo que quieres? esto, dijo volviendo a moverse, así es que lo quieres, dijo volviendo a moverse brutalmente dentro de ella

- Ahhh ahh si si, dijo ella gimiendo

- Por Zeus mujer estás tan caliente y apretada, te amo te amo pequeña

- Te amo, Orfeo, con todo el corazón.

Orfeo sonrió con sus palabras y junto sus frentes antes de llegar al orgasmo observando su boca abrirse para buscar aire.

Eurídice sintió cómo terminaba dentro de ella y sintió cómo su esperma golpeaba con fuerza sus paredes, era tanto que sintió cómo rebasaba y salía de dentro de ella.

Luego el entrelazo sus manos y beso su cuello, volvieron a pegar sus frentes mientras el se movía lentamente de dentro de ella

- ¿Como se siente eso?, pregunto Orfeo

- Increíble, me encanta cuando haces eso, cuando muerdes mi cuello y también cuando terminas dentro de mi.

- Si que eres traviesa mujer, pero a mi me encanta también estar contigo, si no tuviera deberes lo haría todo el día, pero ahora que estamos aquí por unos días no te quedarás con las ganas, dijo y la besó acurrucándola en su pecho aún unidos se durmieron abrazados.

Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora