El jardin

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Eurídice fue la primera en despertar organizó en lo más silenciosa que pudo la habitación la no despertar a Orfeo, luego de terminar de Arreglar un poco la habitación Eurídice decidió darse un baño en el rio, mientras se bañaba sintió unas manos en su cintura y se da la vuelta para encontrarse a Orfeo

- Buenos días dice Orfeo con una sonrisa

- Hola perdon por despertarte

- No te encontré a mi lado por eso me he despertado ¿Que quieres hacer hoy?

- mm ¿Podemos ir al jardín?

- Claro dijo el hijo de Apolo y se acercó a su amada y la besó

Unos minutos después Eurídice se encontraba en el césped siendo poseída por Orfeo.

Una hora después Orfeo se encontraba lavando los platos y organizando la mesa, mientras Eurídice se cambiaba para ir al jardín, cuando Eurídice salió de cambiarse Orfeo tomo su lira y sostuvo a la Ninfa de la mano y fueron al jardín que tanto le gustaba a Eurídice, al llegar Orfeo se sentó en una roca mientras Eurídice jugaba y miraba las flores, Eurídice se acercó a Orfeo y le pregunto

- ¿Nadie se viene por aquí?

- No, dijo Orfeo, descubrí este jardín cuando era niño y me gustaba practicar mi música solo, y en algunas ocasiones miraba al cielo y hablaba con el como intentando que mi padre respondiera mis preguntas, luego perdí la fe y dejé de hacer eso

- Lo siento, dijo en un susurro la Ninfa

- No te preocupes no es tu culpa, pero nunca ha venido nadie por aquí

- ¿Nunca has traído a nadie aquí?

- Solo a ti, dijo Orfeo y sostuvo a Eurídice por la cintura y la sentó en sus piernas y empezó a tocar su lira mientras Eurídice echaba su cabeza hacia atrás colocándola en el hombro de Orfeo y escuchaba la hermosa melodía.

Orfeo al sentir la cabeza de su amada en su hombro se relajó y mejoró aún más su melodía, Orfeo observó cómo las ardillas en los árboles dejaban de hacer lo que estaban haciendo y lo observaban y cómo las aves se posaban en los árboles para escuchar su hermosa melodía, sintió cómo Eurídice cerraba los ojos y sonreía.

Después de la hermosa melodía Orfeo cargo a Eurídice y entre risas la recostó debajo de un árbol y se situó sobre ella, a lo que Eurídice lo abrazo y Orfeo se relajo y cerró los ojos escuchando en canto de los pájaros y sintiendo la calidez de los brazos de su amada.

Unos minutos después Orfeo le pregunto a Eurídice si quería ir a ver su ganado de ovejas ya que tenía que ir a vigilar a sus ovejas y la idea de dejar a Eurídice sola no le agradaba, a lo que Eurídice acepto.

Al llegar al ganado Orfeo sostuvo un poco de heno y se los dio a sus ovejas mientras Eurídice las observaba con emoción, cuando comenzó a anochecer Orfeo se encaminó a su casa con Eurídice, cenaron y Orfeo cargo a Eurídice y la recostó en la cama, besó su frente y recostó a su lado acomodándose en su pecho.

- Te amo dijo Orfeo mirando a los hermosos ojos de su amada

- Yo también dijo la Ninfa con una sonrisa acariciando los negros cabellos de su amado.

Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora