Athan y Daphne

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Habían pasado 3 meses desde que los gemelos habían nacido, todo era perfecto excepto una cosa, Athan el gemelo mayor no era muy cercano a su padre no lo detestaba pero prefería estar con su madre, y en el caso de que el la quitara de sus brazos este lloraba pero no todo era malo su bebé Daphne era muy alegre casi nunca lloraba y siempre sonreía a todos, y no era porque fuese su padre, pero era muy hermosa al igual que Athan

Orfeo quería un momento a solas con su esposa pero tenían muchas cosas que hacer y Athan era un poco celoso con ella.

- ¿Dormirá contigo?, pregunto Orfeo mirando cómo su esposa acurrucaba a su hijo en su pecho el cual llevaba un pijama blanca con puntitos negros mientras, Daphne estaba mordiendo un peluche que le regaló Elisme

Orfeo había pensado en Elisme como la madrina de sus hijos era como su hermana después de todo, recordó también que debían ir al monte Helicon a ver a su madre Calíope.

- Sabes que llorará si lo llevo a su habitación, dijo Eurídice mirando a los ojos a su esposo, el príncipe de mamá

- Pensé que yo era tu príncipe

- ¿Estás celoso?

- Como quieres que esté, no me has prestado atención desde que nacieron los gemelos y Athan se pasa pegado a ti todo el día.

- Lo siento, cuando se duerma intentaré llevarlo a su habitación pero déjalos aquí por hoy

- Bien, finalmente Orfeo dijo colocando a su pequeña en le medio de los dos mientras está cerraba lentamente sus ojos al escuchar la hermosa melodía que le cantaba su padre.

Eurídice sonrió y besó a su esposo

-Buenas noches pequeña

- Buenas noches, dijo Eurídice acariciando la pequeña cabecita de Athan mientras este escondía su cabeza en el cuello de su madre.

Orfeo miraba la escena confundido el quería ser un buen padre, qué tal su su hijo no lo quería, él no quería ser como su padre fue con el, sonrió con un poco de tristeza y se durmió abrazando a su esposa y a sus hijos y los tapó con una manta para que no les diera frío

Al día siguiente Orfeo despertó y se duchó y intentó cocinar algo, más tarde su esposa despertó también y le dio a los niños mientras ella se duchaba, el hizo una ensalada para ella ya que por fin había vuelto a comer ensalada y le dio jugo de uva ya que aún no quería jugo de naranja

Su esposa se puso un vestido blanco sencillo y se arregló el pelo, se veía hermosa ella cargó a Daphne y la baño luego busco a Athan y hizo lo mismo.

Eurídice le dio el pecho a los gemelos, Athan se quedó dormido en brazos de su madre la cual lo acostó en su cuna y Daphne se quedó jugando con sus peluches Orfeo intentó dormir a su pequeña bebe para tener un momento a solas con su esposa y después de una hora lo logró llevó a la pequeña a su cuna y regresó a su habitación donde la colocó el su cuna.

Regreso a su habitación y se acercó a su esposa y la besó mientras la sujetaba de las caderas, cuando por fin los dos quedaron completamente desnudos se fundieron en uno solo y se quedaron dormidos, su sueño fue interrumpido al escuchar un llanto, Orfeo despertó se colocó unos calzones y un pantalón y se dirigió a la habitación de los gemelos y allí encontró a Athan llorando y los gritos de Athan despertaron a Daphne la cual se levantó asustada, el logro tranquilizar a Daphne pero Athan seguía llorando, Orfeo sintió un brazo en su hombro y ahí encontró a su esposa con su camisa

- Dámelo, dijo refiriéndose a Athan

Al Athan sentirse en brazos madre dejó de llorar

Orfeo miro a Athan con tristeza y enfado

- Porque no me quiere

- Si te quiere ya verás que serán los mejores amigos cuando crezca, está así porque es un bebé luego se le pasará

Ojalá que lo que diga su esposa sea cierto pensó Orfeo

Cuando los dos se calmaron, Eurídice se dio una ducha dejando a los niños con Orfeo un rato.

Al salir su madre Daphne se rio, y está le devolvió la sonrisa, luego Orfeo se bañó y Orfeo con su esposa y sus hijos salieron al jardín a jugar un ratito luego cuando comenzó a anochecer volvieron a su casa y Eurídice preparó la cena y los niños se quedaron completamente dormidos en la cama en el pecho de su madre, Orfeo al ver la escena sonrió, nunca se arrepentiría de ir a esa colina ese día, porque ese día fue donde conocío a su felicidad.

Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora