Orfeo y Eurídice: una historia de amor como las de antes

Pensando

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Habían pasado algunos meses desde que Orfeo había visitado a su madre, y en esos meses había estado pensando cómo proponerle matrimonio a su amada, era más difícil de lo que pensó, llevaba una semana pensando como hacerlo y incluso había hablado con sus amigos y hacer una cena romántica y proponerle matrimonio ahí mismo, pero quería que le fuera más especial llevaba pensando unas horas si poner velas y algunos pétalos de rosa, nunca se imagino a el pensando cómo proponerle matrimonio a una fémina, pero aquí estaba volviéndose loco pensando cómo hacerlo, de repente recordó que debía seguir comiendo ya que su amada lo observaba confundida.

- Orfeo cariño ¿Te sientes bien?

- Am si pequeña solo estaba pensando en algo

Y así continuo la cena nadie hablo pero no era un silencio incómodo era todo lo contrario, al terminar la cena Eurídoce recogió los platos mientras Orfeo recogía la mesa, al Orfeo terminar de recoger la mesa busco a Eurídice en toda la casa pero no la encontró así que decidió ver si estaba en el jardín y ahí la encontró tarareando una canción se quedó escondido observándola en silencio, era tan hermosa

Eurídice sintió a alguien observándola y se dio la vuelta y ahí se encontró a Orfeo mirándola con una sonrisa, el se acercó a ella y la besó mientras acariciaba su mejilla el la cargo delicadamente y la tumbó en el pasto mientras acariciaba sus largas piernas a lo que la Ninfa soltó un respingo que le provocó placer a Orfeo.

- Eres perfecta, dijo Orfeo besando su cuello y mordisqueándolo a lo que la Ninfa gemía despacio.

Orfeo quito el listón de su vestido y lo tiro a un lugar desconocido para ambos y comenzó a descender hasta sus pechos, así que con un poco de dificultad quitó su vestido y su sujetador y comenzó a besar sus pechos después de unos minutos el hijo de Apolo se cansó de los pechos de la Ninfa y comenzó a quitar su última prenda y cuando lo logró comenzó a acariciar la intimidad de la Ninfa con sus dedos a lo que ella soltaba algunos lamentos que excitaban más a Orfeo hasta el punto de que su miembro luchaba por salir de su pantalón.

Eurídice con las manos temblorosas comenzó a quitar los botones de la camisa de Orfeo y la lanzó junto con sus otras prendas.

Orfeo se desnudó rápidamente y comenzó a besar apasionadamente a su amada, descendió hasta sus piernas y comenzó a besarlas hasta llegar a su intimidad la cual comenzó a besar escuchando los gemidos de la Ninfa ante sus caricias y besos.

Después de un tiempo sintió a la Ninfa venir en su boca y volvió a besarla en los labios y comenzó a rosar su miembro contra la intimidad de ella.

- No me tortures por favor.

- No te estoy torturando pequeña, dime que quieres que te haga.

- Hazme tuya, ah por favor

Orfeo comenzó a besar nuevamente su cuello y antes de que la Ninfa protestará entro en ella de una sola embestida

Ahh, grito la Ninfa al sentir su miembro entrar en ella.

Orfeo comenzó a besarla mientras la embestía, escuchando los gemidos que se ahogaban en su boca.

Dejo sus labios para volver nuevamente a su cuello y morderlo y sintió cómo las piernas de ella se envolvían en su cintura profundizando más si era posible las embestidas brutales de Orfeo, el hijo de Apolo vio cómo ella tapaba su boca con su mano para callar sus gemidos.

- No hagas eso pequeña, dijo quitando su mano de su boca, me encanta oírte gemir mi nombre, dice volviendo a atacar su cuello.

-Ahh ahh Orfeo

- Sigue gritando pequeña grita todo lo que quieras.

-Ohh por amor a los dioses, te amo Orfeo

- Yo también te amo pequeña, como no te imaginas

Y después de una, dos, cinco y finalmente nueve embestidas llegaron al clímax juntos, Orfeo cargo a su amada y recogió toda la ropa que habían dejado y la llevó a la cama donde la Ninfa lo recostó en su pecho mientras acariciaba sus negros cabellos, amaba a esta mujer, claro que la amaba y se casaría con ella ella era suya solo suya y de nadie más