Halle, Sajonia-Anhalt, Alemania 1939.
Si ponían suma atención a su alrededor, todo se había detenido. Cualquier mínimo sonido, era perceptible a sus oídos, el que fuera. Giánni se perdió en la curva de sus labios y la profundidad de sus ojos, olvido el sentido de responder con otra pregunta.
—Sí. –soltó.
Para su sorpresa, ella tan solo ladeo su cabeza y susurro.
—Gané. –se dio la vuelta, con la esperanza de que él la siguiera, esa conversación aún estaba inconclusa.
—Es de mala educación irte, sin decir tu nombre. –observó como el chico se apresuraba para caminar a la par suya. Le dedico una mirada de sorpresa mientras ambos subían las escaleras, sin prisas al parecer. –
—Si te lo digo, ¿te irás? –ella creyó eso y si era así, la linda conversación que la había emocionado tan solo se quedaría en su memoria. No era normal que alguien después de saber quién era, se quedará por compromiso propio. Su apellido le había dado tantas amistades falsas, así como personas interesadas.
— No, no me iré – aseguro
¿Cómo irse? Si recién la conocía, era algo inusual la pregunta, pero con seguridad contestó. Tal vez, ella se iría al caer en cuenta que estaba hablando con un judío en esos tiempos, sería como los demás y tan solo le dirigió la palabra por sentirse acosada. Todo podía pasar.
—Neumann. –hizo una pausa– Agatha Neumann.
Se hizo un pequeño silencio entre ellos dos, aun caminando. Ella esperaba una respuesta, fuera buena o mala. Él estaba procesando que decir, conectando su lengua con el cerebro.
—Che bel nome –había olvidado que, tenía que hablar alemán. Fue lo único que pudo decir.
— ¿Disculpa? – ella se extrañó, entendía que era italiano, pero no sabía hablarlo.
—Dije, que bello nombre Agatha. –dedico una pequeña sonrisa apenado por sus acciones anteriores.
— ¿Y tú? –al parecer, la reacción fue de lo más normal posible. ¿Acaso no conocía el pasado de su apellido?
—Giánni Fürst. –el decir en voz alta su apellido podía traerle severos problemas, pero estaba dispuesto a correrlo.
—Un placer.
De tener la conversación más distinta de todas, pasaron a temer mencionar sus respectivos nombres. Pero no le harían daño a nadie, si no era relevante de dónde venían.
Siguieron caminando a la par, sin hacer mención de ninguna palabra. En compañía. Hasta llegar a la entrada de la Universidad, donde ambos por inercia pararon.
— ¿Te veré de nuevo? –cuestionó Giánni, aún había algo en los ojos de Agatha que quería descubrir, ¿Por qué era tan diferente a las demás?
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||Refugiados|| [TERMINADA]
أدب المراهقين1939. - ¿Por qué a nosotros? ¿Qué le hicimos al mundo? - Me temo que el mundo así funciona, principessa. Sí, así funciona. Te conviertes en la presa de aquellos que escriben la historia a su beneficio. Un soldado no elegido, obligado. Alemanes vs. J...