Invierno, 1944.
Rezo cada día porque cada invierno que pase, sea el último que tenga que escribirte. Añoro tus abrazos, añoro tu voz, te añoro a ti.
En todo el año, no te mueves de mi recuerdo, pero cada vez pesa más intentar pensar tus labios diciendo que me amas. ¿Debí haberlo hecho más seguido? ¿Debí haberte pedido que me lo dijeras más veces? Porque me hace falta, lo extraño, me duele no ser capaz de pensarlo correctamente sin llorar.
Te amo, Agatha.
Giánni.
—Devi essere forte, Gianni. Solo allora ne usciremo vivi. (Debes ser fuerte, Giánni. Sólo así saldremos vivos.)
A este punto, Samay y Amiel desconocían a quien ahora se hacía llamar Giánni. Sus amigos vieron como se apagó la chispa de esperanza que poseía, pero le seguía hablando a la Luna. Perdió la esperanza de que ella respondiera y seguía enviándole cartas. Cartas donde entregaba el resto de su corazón.
Giánni si pasaba un invierno más, se dejaría vencer por la guerra.
Envió esa carta, con las manos llenas de temor. Con el alma pendiendo de un hilo. Con el corazón dentro de aquel sobre. Y sólo esperaba el frío que lo acechaba al llegar al granero, aquel frío que se convirtió en su calor. Aquel frío que lo hacía recordar que estaba vivo.
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||Refugiados|| [TERMINADA]
Genç Kurgu1939. - ¿Por qué a nosotros? ¿Qué le hicimos al mundo? - Me temo que el mundo así funciona, principessa. Sí, así funciona. Te conviertes en la presa de aquellos que escriben la historia a su beneficio. Un soldado no elegido, obligado. Alemanes vs. J...