𝐖𝐡𝐨 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮?

𝟶𝟺𝟸

Un nuevo día, nuevos pensamientos en Wooyoung, de nueva cuenta, no sabía que pasaba por la mente de su novio.

Habían pasado 2 días desde que presentaron a Jake y al pequeño Yul como sus hijos, todo normal hasta ahí, lo que no entendía era porque San ahora se esmeraba tanto en tratar de ignorarlos, lo ha escuchado decir muchas veces que nada le pasa o que está muy cansado y simplemente se va a encerrar, ya sea en su habitación o en su oficina, la noche anterior nunca llegó a la habitación, sino que se quedó toda la noche en su oficina.

Wooyoung no sabía que hacer, sentía que cada día que pasaba, más perdía a San, aunque este lo regañara al decirle que no lo iba a perder, pero es que siendo sincero, hace ya varios días tenía un mal presentimiento, sentía que algo malo iba a pasar en esos días.

En este momento se encontraba en la sala de estar, con el pequeño Yul, se encontraban solos ya que era de mañana, por lo que los demás o aún no se despertaban o habían salido a hacer sus pases matutinos.

San se encontraba en su oficina, como siempre, y Jake se encontraba durmiendo, por lo que aprovecho de pasar la mañana junto a su pequeño niño.

Pasaron unos segundos, hasta que escuchó unos pasos en la escalera, se volteó pensando que podría ser Jake, la sorpresa que se llevó al ver al peli negro bajar las escaleras, con una expresión neutra.

- ¡Papá San! - Wooyoung se quedó inmóvil al sentir la mirada seria del mayor sobre él, pero se tranquilizó al ver la sonrisa que le dedicó al pequeño.

- Hola, Campeón. - Se puso de cuclillas y estiró los brazos, abrazando a Yul cuando este se abalanzó sobre él.

- Papi Woo, ¿No va a venir a saludar a Papá San? - Preguntó con la típica inocencia que se cargaba.

- Ah, si. Claro, pequeño. - Wooyoung se puso de pie y con la cabeza gacha, se acercó al peli negro, quien sólamente lo miraba, cuando el rubio estuvo cerca de él, San pasó uno de sus brazo por sus hombros y lo atrajo a su cuerpo en un pequeño abrazo superficial, que hizo doler el corazón del menor.

Era como si San sólo lo abrazara por estar el pequeño Yul frente a ellos, quien sonrío al ver a sus papis abrazándose.

Adolorido se deshizo del abrazo y tomó al pequeño Yul entre sus brazos y volvió a sentarse en el sofá, San suspiró, sabiendo que su actitud le hacía daño a su novio y que pronto afectaría a su pequeña familia, pero no sabía que más hacer, los pensamientos que pasaban por su cabeza, no le ayudaban en nada a cambiar su actitud.

Estaba a punto de hablar cuando unos pasos apresurados bajaron las escaleras y lo escuchó gritar:

- ¡Papá!

[...]

Todo era oscuro, silencioso y estremecedor, Jake no sabía dónde estaba, tampoco había alguien cerca.

De pronto, toda la escena cambió, había fuego por todas partes, cuerpos sin vida sobre el suelo rodeados de sangre, se escuchaban gritos, golpes, llantos, todo era sufrimiento.

De nueva cuenta, la escena cambió, ahora se encontraba dentro de la casa, allí se encontraban los demás llorando, gritando.

Se acercó a ellos sin hacer ruido, pero parecía que no estaba allí, nadie lo miraba o ni siquiera lo nombraban, cuando llegó hacía ellos, cayó de rodilla con lágrimas en los ojos, Choi San, su padre adoptivo se encontraba tirado en el suelo, con sangre a su alrededor, pálido, no respiraba, no se movía, nada, estaba.... Muerto.

Se volteó y lo único que vió fue un arma a la altura de su cabeza y.....

Despertó.

Despertó exaltado, con sudor cayendo de su frente, miraba hacia todos lados aún asustado y sin esperar más tiempo, saltó de la cama y comenzó a buscar al peli negro, tenía miedo, sentía que ese sueño era más que eso, sentía que era una visión o algo parecido, sentía que podría pasar en cualquier momento y eso le aterraba.

No lo encontraba por ningún lado, iba a entrar a su oficina, hasta que la voz de Yul llamando a San, lo interrumpió, ahí supo que se encontraban en la sala, se acercó a la baranda de la escalera y lo vió, parecía estar sano, pero aún así, no se sentía tranquilo, comenzó a bajar con una velocidad, que cualquier persona se habría caído por las escaleras.

- ¡Papá! - Gritó esperando que San se volteara y se abalanzó sobre él.

Enredó sus brazos alrededor del torso del mayor, enterró su cabeza en el pecho de este, sintiéndose más tranquilos al escuchar sus latidos, sintió los brazos de San rodear su cuerpo y comenzó a llorar.

- ¿Qué pasa?, ¿Estás bien?, ¿Te sientes mal?, ¿Necesitas algo? - San comenzó a llenarlo de preguntas y al ver cómo no le contestaba, con pesar se separó del abrazo y le alzó la cabeza, para que lo mirará.

- Pequeño, necesito saber que pasa, quizás podría ayudarte. - Una pequeña sonrisa se asomó por sus labios, lo que hizo que el menor llorara aún más fuerte y se aferrara aún más a él.

- Soñé... Soñé que morirás, soñé que estabas tirado en el suelo, con sangre a tu alrededor. Soñé que no te vería nunca más, ¡Por favor!, ¡No me dejes, prometo ser un buen hijo, pero por favor!, ¡No quiero perderte, ya perdí a mis verdaderos padres, no soportaría perderte ahora!

- Hey, Hey, Hey. - San escuchó unos sollozos a su lado y vió a Wooyoung con lágrimas en los ojos. - Ven.

El rubio se acercó a él y lo abrazó, sin importarle la actitud que el mayor había demostrado anteriormente, por alguna razón sentía que el sueño de Jake se haría realidad y eso le dolió, igual o incluso más que al castaño.

- Estaré bien, ¿Sí?, no me pasará nada. No los dejaré y tampoco se desharan de mí tan fácil. - Les sonrío. - Solo fue un sueño, hijo.

San fue deshaciendo de a poco el abrazo y se acercó al pequeño Yul que miraba toda la escena con un puchero en su boquita.

Wooyoung abrazó a Jake y le susurró al oido:

- Necesito que me cuentes todo. - Se miraron y Jake asintió. - Presiento que no es un simple sueño.