𝟶𝟸𝟻

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- No. – Wooyoung se soltó del agarre de San, mirándolo con un puchero.

- ¿Qué? – El pelinegro frunció el ceño.

- No seré tu novio, hasta que me lo pidas de verdad.

- Uhhhh. – Los demás se burlaron de San.

- Pero.... ¡Aish! – San comenzó a hacer un berrinche. – No se como hacer eso.

- ¿El gran Choi San no sabe como declararse? Esto es épico. – El pelinegro golpeó a Jongho en el brazo.

- No ayudas, ¿Sabes? – Jongho rio.

- San, quería preguntarte, si... ¿Podemos tener un fin de semana, fuera? – Hongjoong miro al pelinegro. – Seonghwa y yo, pensábamos ir un fin de semana a la playa.

- Nosotros queríamos ir a la casa de mis suegros. – Hablo Yeosang.

- ¿Podemos ir con Seonghwa hyung y Hongjoong hyung? – Pregunto Sunghoon y su hermano asintió.

- Quiero recuperar a mi hija y pasar un fin de semana con ella y su madre. – Jackson suspiro.

- Iré a cuidar mi casa. – San miró a Siwon.

- Jun me invitó a una fiesta con los demás. – Byeongkwan sonrió.

- No deben preguntarme, pueden hacer lo que quieran. – San se encogió de hombros. – Ustedes – Apuntó a Seonghwa y Hongjoong. - Me cuidan al niño y no lo traumen con sus cochinadas. – Se refirió a Jake. – Ustedes, envíenles saludos a los papis de Jongho. – Yeosang rio. – Jackson, te ayudare a recuperar a tu hija. – El nombrado asintió. – Papá, cuídate ¿Sí?

- Claro hijo.

- Kwan, golpea a Jun de mi parte, por favor. – Kwan asintió divertido. - ¿Qué harás tu? – Le pregunto a Wooyoung.

- Tenia pensado ver a papá. – San sonrió, por lo tierno que había sonado eso.

- Me dejaran solito. – Hizo un tierno puchero. 

-Si quieres vamos juntos a ver a papá. – Brome Wooyoung.

- Oh no, no, no, no. Prefiero quedarme solito. – Comenzó a negar. - ¿Cuándo se irán? – Le pregunto a los demás.

- Mañana. – Respondieron al unisonó.

- Bien, vamos a recuperar a la pequeña Wang. – Sonrió ladino.

[...]

- ¡Déjame ir!, ¡Papá! – La pequeña gritaba asustada.

Habían pasado algunas horas desde que ese hombre la había subido a la fuerza a una camioneta y la había raptado. Ahora solo quería estar en los brazos de su padre, quien lastimosamente, no pudo evitar su secuestro, solo esperaba poder salir de allí, pronto.

- ¡Quédate quieta! – El hombre trataba de amarrar a la niña a una silla, pero esta se removía.

- P- por favor, qui- quiero ver a mi papá. – Lloraba asustada.

- Tu papá es un idiota, no logrará salvarte. - Cuando la niña estuvo completamente amarrada, el hombre le coloco una cinta en la boca, prohibiéndole hacer ruido alguno.

El hombre se fue el lugar, dejando a la niña completamente sola, en parte agradecía que aún era de día, ya que la pequeña le temía a la oscuridad. No supo cuánto tiempo se quedó allí sola, pero en algún momento se escuchó un golpe en las afueras del lugar cosa que la hizo asustarse aún más, también comenzó a escuchar unos pasos acercarse hacia donde estaba ella.

- ¡Yiren! – Esa voz, era imposible no reconocerla.

El rubio al ver a su hija amarrada en una silla, se acerco a ella desatándola. Cuando por fin estuvo desatada, la pequeña Yiren se abalanzo contra Jackson, abrazándolo con fuerza, cosa que no duro tanto, ya que el hombre malo entro al lugar con un arma.

- Jackson Wang, suelta a la niña.

- Es mi hija, ella se ira conmigo. – Coloco a la pequeña detrás de él.

- ¿Sabes que hare?, te matare y me quedare con la niña. – Recargo el arma y apunto.

Antes de que pudiera disparar, un objeto parecido a una piedra hizo aparición por una ventana, golpeándolo en la mano, haciendo que por el dolor soltara el arma y le diera tiempo a Jackson en salir corriendo junto a su hija. El lugar parecía un verdadero laberinto, parecía que, aunque corriera no llegaría a algún lugar, en eso recordó que tenia un pequeño micrófono entre su ropa, el cual le permitía comunicarse con los demás chicos que estaban afuera.

- ¡Jongho, hacia donde!

Fuera del lugar, se encontraban los demás a cargo de su "especialidad", en este caso, Jongho se encargaba de las cámaras del lugar, revisando el perímetro, por dentro y por fuera. Hongjoong, Seonghwa y Yunho, eran los que conducían los distintos vehículos con los cuales se trasladaron, Mingi era el encargado de que, en caso de ser necesario, ayudara con los recursos médicos, Yeosang y Wooyoung se encargaban de la vigilancia, ellos recorrían las calles desde donde estaban los autos, hasta donde se encontraba San. Este último, básicamente no hacia nada, simplemente se encontraba viendo a los demás trabajar, excepto en el momento en el que vio al estúpido hombre apuntar con un arma a Jackson, por lo que, sabiendo que tenia una muy buena puntería, agarro una piedra y la lanzo por la ventana, dándole al hombre en la mano, haciendo que soltara el arma.

- ¡Maldición, Jongho, hacia donde! – Todos miraron al menor y este se encontraba buscando la mejor ruta de escape.

- Ehh, espera, estoy en eso, ¡Este maldito lugar, es un laberinto!

San miro hacia arriba, dándose cuanta de la azotea que había, en ese momento se le ocurrió una idea un tanto riesgosa, pero que sabía daría resultado. Comenzó a correr hacia los chicos, observando si había algo que lo pudiera ayudar, hasta que lo encontró, una motocicleta. Ahora cambiando la dirección, corrió hacia la motocicleta, dándose cuenta que esta tenia las llaves puestas, cuando ya estuvo arriba, la hizo andar y condujo hasta los chicos.

- ¡El segundo piso!, ¡A la azotea!, ¡Has que suba! – Le grito a Jongho y este confundido le hizo caso.

Comenzó a indicarle al rubio que se encontraba dentro, como llegar a la azotea, cuando lograron divisar la cabellera rubia desde lo alto, San tenia pensado llegar hasta allá arriba con la motocicleta, ya que eso le permitiría ir mas rápido, pero en el momento en el que el hombre, había tomado a la pequeña Yiren de un brazo y había amenazado a Jackson con dejarla caer al vacío, cambio de planes. Ahora comenzó a conducir a una gran velocidad, al ver como el hombre había soltado a la niña, haciéndola caer desde el segundo piso, San escuchaba como los demás gritaban asustados viendo como la niña caía. En eso, a unos metros de que la niña tocara el suelo, el pelinegro paso debajo haciendo que la niña, cayera sentada junto a el en la motocicleta.

- Hola, pequeña Yiren. – La niña lo miro con lagrimas en los ojos.

- Tío San. – Lo abrazo, aun con la motocicleta andando.

- Sujétate, te sacare de aquí. 

𝐖𝐡𝐨 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora