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Seonghwa se encontraba en el pasillo, cerca de su celda, ya que los dejaban salir para comer e ir al baño, por lo que, está no era la excepción. A veces iba a ver a Hongjoong, pero este, los cuatro años en ese lugar, solo lo ignoraba.

Sabía que estaba arrepentido, pero debía entender que él lo perdonaba, que siempre lo haría.

En ese momento el tiempo de "receso", como solían llamarle, ya había acabado, por lo que debía volver a su celda. Al llegar se lleva la sorpresa de ver una caja en el centro de la celda. Curioso y a la vez sorprendido, se acerca a esta.

La toma entre sus manos y camina hacia la puerta, cuando sale aprovecha la oportunidad de ver a un guardia pasar por fuera de esta.

- Disculpe, ¿Qué es esto? - El guardia se detiene y lo mira.

- Es un obsequio, lo único que sé, es que es para ti. - Dicho esto, el guardia retoma su camino.

Seonghwa, confundido se encoge de hombros y decide volver a entrar. Cuando lo hace, se sienta en la cama y se dispone a abrir la caja. Al acabar se lleva la sorpresa de encontrarse un antifaz de color rojo y pequeños diseños negros, pensó que se trataba de una broma, por lo que tiró la caja lejos, pero al caer, dejó salir una nota. Rápidamente la recogió y la leyó.

"Espero estés preparado para lo que se vienen, te aseguro que te va a gustar. Hoy en la sala de interrogación a las 19 hrs, no faltes."

Al mismo tiempo, exactamente en ese preciso momento, otros cuatro chicos recibían un antifaz con la misma nota.

Esto sería interesante.

[...]

- ¿Está todo listo? - Pregunto Wooyoung al guardia encargado de repartir las cajas con los antifaces.

- Sí señor, pero ¿No cree que son demasiado pocos?

- Mhm, tienes razón. Es por eso que necesitare a gente de confianza.

- ¿Necesita algo más? - Pregunto al guardia, a lo que Wooyoung negó.

- Has hecho suficiente. Haré una llamada.

Dicho esto, el guardia hizo una reverencia y salió de la sala. Wooyoung al estar completamente solo, saco su teléfono y llamó al primer número de su lista de contactos.

- Hola hyung. ¿Estás libre?, genial, lo veo en 10 en la cafetería cerca de la plaza. Bien, adiós.... Sehun.

[...]

- No puede creer que tengo que ir a la sala de interrogación. - Soltó Jackson frustrado.

- Tampoco yo, Jackson. - El mencionado dio un salto en su lugar para luego girarse hacia dónde provino esa voz.

- ¿También vas Hongjoong? - El pelirrojo asintió y se acercó al chico sentándose a su lado. - ¿Para qué o qué?

- No tengo idea, me llegó una caja y-...

- ¿Una caja con un antifaz y una nota? - El otro asintió confundido. - A mi también me llegó algo así, hay que admitir que el antifaz es realmente bonito. Pero, es raro recibirlo aquí, en la cárcel.

- ¿De qué color es tu antifaz?

- Celeste, tipo brillantina, ¿Y el tuyo?

- El mío es rosa. - Hizo una mueca. - Pero si, hay que admitir de que son bonitos.

- Oye, ¿Has pensado en hablar con Seonghwa? Digo, has pasado estos cuatro años, teniendo miedo de acercarte a él, por qué piensas que te golpeara o te odia.

- Lo he intentado demasiadas veces. Pero, no puedo, no será fácil que me perdone.

- No lo has intentado. Mira, después de la reunión, te acercaras a Seonghwa y le pides perdón.

- A veces realmente te odio. - Suspiro. - Bien, despues me acercaré a él.

Dicho esto, se levantó y salió del lugar.

[...]

- Señor, el robo fue un verdadero éxito. - Informo el chico de cabellos rojos.

- Bien hecho Byeongkwan. - Rio sarcásticamente.

- El idiota de "Satán", sabrá que no debe meterse conmigo, porque todos saben que meterse con Choi Siwon, resulta muy mal.

Antes de que Byeongkwan pudiera contestar, se escucharon unos aplausos que se pudieron tomar como sarcásticos, obligando a ambos hombres a mirar hacia la puerta.

En la entrada se encontraba un chico alto, de cabellos negros, vestido con un pantalón de color negro, con una camisa blanca arremangada hasta los codos, con un antifaz del mismo negro, tenía la mandíbula marcada, sus ojos oscuros y una sonrisa superficial.

- ¿Sigues robando cargamentos de otras mafias?, que patético. - Su voz ronca hizo que la piel de Byeongkwan se erizara.

- ¿Quién eres tú? - Pregunto Siwon.

- Tengo muchos nombres, pero prefiero que me llamen "Satán".

Ambos hombres se miraron sorprendidos, pero luego dejaron escapar una pequeña risa. Nunca pensaron que "Satán" caería tan bajo como para ir hacia ellos. Además, sabían que, si Siwon lo quería, podría tener a ese chico arrodillado frente a él, pero lo que no sabían era que Satán tenía un plan.

Uno que no les gustaría para nada.

- ¿Tu?, ¿El gran Satán? - Pregunto Siwon riendo con burla.

- ¿Y tú?, ¿El cobarde Choi Siwon, que cree que, por robar el cargamento de otra mafia, será el mejor? - Ahora fue el turno de Satán, de reírse al ver la cara de enfado de Siwon.

- Vete. - Hablo Satán a Byeongkwan.

Byeongkwan se sintió atemorizado por la potente voz del chico, por lo que hizo una reverencia y salió corriendo. Satán comenzó a caminar por toda la sala, en algún momento se acercó a Siwon, quien seguía sentado observando cada movimiento del pelinegro. Este, seguía caminando, esta vez, por detrás del asiento de Siwon.

- Te propongo un trato. - Habló después de un rato el pelinegro.

- No hago tratos con gente hipócrita. - Siwon trataba de mostrarse tranquilo, pero le era imposible, el aura que rodeaba al pelinegro, lo hacía estremecer, por alguna razón el chico se le hacía conocido.

- Ay, por favor. Has hecho tratos con todas las mafias. No me digas eso, que ellos son más hipócritas que yo.

Siwon suspiro, el chico tenía razón, lo único que podía hacer ahora, era aceptar. Miro al pelinegro y le indico que se sentara, así lo hizo.

- Te escucho. - El pelinegro sonrió con malicia.

- Quiero que toda tu mafia, trabaje para mí. Todos y cada uno de tus hombres, estarán bajo mi control, incluyéndote.

- No, eso si que no. No permitiré que un desconocido, venga a decirme que tengo que estar a sus pies. - La risa del pelinegro, lo confundió. ¿Qué había dicho que fuera tan gracioso?

- ¿No me reconoces?, oh claro que no. Ya no soy el mismo idiota que antes.

- No te entiendo, ¿Qué tratas de decir? - El pelinegro lo miro serio.

- Déjame darte una pista....

Dicho esto, el pelinegro se quitó el antifaz con suma tranquilidad que inquieto a Siwon. Al hacerlo, Siwon tembló, no podía creer lo que veía, era imposible, Choi San, su hijo, al que creyó muerto durante tanto tiempo, estaba frente él, con una faceta que nunca creyó ver, ya no era el dulce chico que alguna vez fue, ya no era el chico que siempre estaba detrás de su padre. Ahora era un hombre, que se caracterizaba por ser frío, cruel, sin sentimientos como le decía la gente. Eso quería decir, que el verdadero nombre de Satán, el mafioso perfecto, el rey de la mafia, el sicario mejor pagado de todo el mundo, el mejor hacker del mundo, era Choi San.

𝐖𝐡𝐨 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora