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- ¿Esta bien? - Siwon se levantó al ver al doctor de San, salir de la habitación.

- Afortunadamente, la herida no fue de bala, fue un gran fragmento de vidrio lo que la provocó. - Todos suspiraron aliviados.

- Pero, ¿Por qué sangraba tanto? - Jackson estaba confundido.

- El fragmento se incrusto tanto, que eso sumado con los pequeños cortes en su abdomen, fueron los que hicieron el proceso de parecer una herida muy grave.

- Gracias doctor. ¿Podemos verlo? - El doctor asintió.

- Claro, solo que aún no despierta, pero creo que no tardara tanto en hacerlo. - Hizo una reverencia y se fue del lugar.

Así fue donde los chicos comenzaron a turnarse para ver al mafioso. Wooyoung, por pedido de los demás, sería el último en entrar, cosa que lo dejó fuera de lugar, pero no protesto o no encontró forma de hacerlo. Estaba demasiado inquieto, nervioso, alterado, todo eso junto, sentía nuevamente que lo que le pasaba a San, era su culpa. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero mágicamente había llegado su turno de ver al pelinegro, por lo que se dirigió hacia la puerta de la habitación, antes de entrar, miro a los chicos y estos asintieron, mostrándole apoyo. Tomando una gran bocanada de aire, ingreso a la habitación, arrepintiéndose al instante, el pelinegro se encontraba recostado en su cama, sin camisa, con una gran venda cubriendo totalmente su abdomen. Wooyoung, al verlo así, sintió sus ojos cristalizarse y sus piernas temblar, por lo que se acercó a la cama, sentándose a un lado del pelinegro, este dormía tan pacíficamente, que parecía un bebé, en vez de un mafioso.

- Lo siento tanto. - Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. - Todo esto es mi culpa, nunca debí llegar, nunca debía haber aceptado el caso. Soy un fracaso, a pesar de los años no puedo sacar tu maldita sonrisa de mi cabeza, no puedo tratar de salir con alguien, porque tu imagen siempre está presente. Dime Choi San, ¿Qué me hiciste? - Había comenzado a llorar tan fuerte, que se inclinó hacia el mayor, abrazando su cintura con un brazo y escondiendo su rostro en su pecho. - Lamento todo lo que te he hecho, ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera venido?

- Quizás en este momento, ya estaría muerto. - Al escuchar la débil voz del pelinegro, se separó inmediatamente, observando como este comenzaba a abrir sus ojos y observándolo con una leve sonrisa. - No llores Jung, te ves feo si lloras.

- ¡Despertaste! - Se abalanzó sobre el pelinegro, arrepintiéndose inmediatamente, debido al quejido de este.

- Auch. - El rubio se levantó de la cama, asustado de haber lastimado al mayor, mientras que este lo miraba, con una mezcla de confusión y dolor.

- ¡Oh, dios!, Lo siento tanto. - Se comenzaba a desesperar, tenía miedo de que, por eso, perdiera la oportunidad de volver a acercarse al pelinegro. Si, sonaba muy tonto, pero Wooyoung era un exagerado y paranoico. - Llamaré a Siwon.

Cuando el rubio iba a comenzar a caminar hacia la salida, lo jalaron del brazo, haciendo que quedara acostado sobre la cama boca arriba. Sorprendido miró hacia al lado, viendo como el mayor comenzaba a levantarse, con mucho esfuerzo, solo para recostarse más cerca de él y abrazar su cintura.

- ¿E- Estas bi- bien? - El mayor escondió su rostro entre el cuello del menor.

- Solo... Quédate conmigo.

[...]

- ¡¿Dónde está?! - Yeonjun llegó haciendo un gran estruendo.

El peli azul se había enterado de los sucesos que ocurrieron en la fiesta, por lo que había llegado hecho una furia, queriendo golpear a Wooyoung, por simplemente estar cerca de "Su" chico. Los chicos que se encontraban en la planta baja de la casa, se asustaron al escuchar el grito, seguido de un fuerte portazo, dado por Yeonjun.

Siwon maldijo en voz alta, sabía que el peli azul interrumpiría la escena "romántica" de Wooyoung y San. Sentía que estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos de lograr su objetivo, de recuperar a su hijo, que sabía estaba escondido, al interior del pelinegro, quien mágicamente había aparecido bajando las escaleras.

- ¡Sannie! - Yeonjun corrió hacia el nombrado, tratando de abrazarlo, cosa que el contrario se negó.

- No hagas ruido, Wooyoung está dormido. - Solo dijo eso, para volver a subir las escaleras, terminando por encerrarse en su habitación, donde dormía el rubio.

Yeonjun con una gran indignación, salió aún más furioso de esa casa, cogiendo su teléfono y marcó a un número especial.

- ¿Ya decidiste? - Se escuchó la voz de Mark del otro lado.

- Acepto, alejemos a San de Wooyoung.

[...]

- Aun no me lo creo, ¡¿Cómo que conoceré a Choi San?! - Grito el chico pelinegro.

- Conoceremos. - Corrigió el más alto.

- ¡Hey!, no me corrijas Park. - El mayor lo fulmino con la mirada y el nombrado hizo un tierno puchero.

- Shim, malo. - El castaño, le mostró la lengua.

- Ay, lo siento cariño. No puedo enojarme contigo. - El mayor agarro el mentón del contrario y dejo un pequeño y tierno beso en su frente.

- N- No hagas eso. - El castaño, se tapó el rostro con sus dos manitos, debido a que estaba completamente sonrojado.

- ¿Por qué?, Eres hermoso y cualquiera sería afortunado de tenerte como novio. - El pelinegro miro al menor.

- Tu eres mi novio, idiota. - Lo golpeó en la cabeza.

- ¡Oh!, eso es mucho mejor. - El pelinegro sonrió ampliamente y abrazó al más alto.

- Chicos, es hora. - La madre del mayor, los escoltó hacia la salida, donde un furgón negro los esperaba.

- Recuerda hijo. Eres un Shim, actúa como uno y te ganaras el respeto de Choi San. - El padre del pelinegro, los despidió y ambos chicos, partieron hacia la casa del mafioso.

- ¿Estas bien? - Park abrazo a su novio, ya que tenía una expresión de tristeza.

- Lo siento, cariño. - Se separó un poco, para mirarlo a los ojos. - Lamento haberte arrastrado hasta aquí.

- Hey, no digas eso. Si estoy aquí, es porque quiero estar con el mejor novio del mundo y también porque quiero conocer al guapísimo de San, pero eso es otra historia. - Bromeo, logrando que el mayor sonriera.

- Gracias. - Le dio un pequeño besito en los labios, haciendo que los dos se sonrojasen.

- Te odio. - Ahora fue el turno del menor, esconder su rostro.

- Se que me amas. - El contrario bostezo. - ¿Tienes sueño?

- Si, un poquito.

- Ven aquí. - El castaño apoyó su cabeza en el hombro del mayor, dispuesto a dormir. - Descansa cariño.

- Gracias Hyung. - Al pasar un tiempo en silencio, el menor se quedó dormido, al igual que el mayor.

Y así, ambos chicos, se sumergieron en un largo y profundo sueño, esperando por una visita que definitivamente les cambiaría la vida. Esperaban lograr lo que tanto querían, encontrar su lugar en este mundo, pero lo que no sabían, era que las cosas no saldrían como ellos esperaban.

𝐖𝐡𝐨 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora