Especial XiaoDery (15): Decisiones que logran cambios. O revoluciones.

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Lo 100to pero necesitaba escribir este xiaodery.

-Tío, no creo que esto sea para nada una buena idea... -intentaba detenerse el omega, o más bien detener a su tío de obligarlo a hacer aquello.

-Hijo, soy consciente de todo lo que dije aquel día y realmente estoy arrepentido -le dijo aquel hombre que era como un padre para él.

-Lo sé, me ha pedido disculpas y las he aceptado, le creo.

Pero en realidad nada de lo que Xiaojun pudiera decir iba a detener a su mayor de hacer lo que había tenido rondando por su cabeza en las últimas semanas.

Dejun no tenía ánimos de conocer a nadie, no quería que le presentaran a ningún alfa de buen prospecto para él.

No después de que no había sabido nada de él.

Kunhang había dejado un enorme vacío en su corazón, y aunque intentaba ignorarlo y seguir adelante, no podía evitar sentirse como un infeliz.

-El señor Jun, ¿lo recuerdas? -cuestionó su tío sin perder aquella ilusión sobre su voz y rostro.

-Sí, el dueño de la frutería de la esquina.

-Pues hace poco, no tanto en realidad, contrató a un chico joven, así como de tu edad y habla maravillas sobre él.

El omega intentó no rodar los ojos. En la cena de la noche anterior a ese día ya había escuchado aquella estúpida historia. Estaba harto, le dolía demasiado el corazón como para pensar en estar con alguien más incluso si era su mismo tío el que le daba el permiso para estar con alguien y buscar algo más allá que una amistad. Suspiró rendido, tampoco podía culpar a su familia, sabía bien que temían que su destino fuera terminar como un omega despreciado y desolado, sin nadie a su lado para compartir lo lindo de lo vida, ¿pero él qué podía hacer? Había sido demasiado joven cuando cometió su más grande error. Fue tarde cuando se dio cuenta que ya no había marcha atrás.

-Tío... -le llamó con la voz rota, pero aquel hombre no se dio cuenta. Los ojos de Xiao comenzaban a picar.

-Xiaojun, este es Kunhang, el nuevo ahijado del señor Jun. Estoy seguro que ambos se llevarán bien.

Si no fuera porque su mandíbula estaba pegada a su hueso superior estaba seguro que esta hubiera caído hasta el mismo suelo.

¿Qué demonios estaba pasando y por qué Hendery estaba allí parado sonriendo como un completo idiota?

Uno muy apuesto sin duda alguna.

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Quería hacer las cosas bien, buscaba hacer las cosas como se supone todo el mundo lo hacía. En las reglas invisibles que la sociedad había planteado, se suponía que el sexo venía después de conocer a la persona; saber su nombre, a lo que se dedica... No después de que te vendiera un six de cervezas en descuento.

Hiroki Y Yo. ((yuwin omegaverse))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora