5: ¿Qué está mal contigo?

928 136 151
                                    

Abrió los ojos de par en par, intentando entender qué había pasado o en qué momento había caído en un sueño tan profundo. Su cuerpo seguía sintiéndose pesado por el sueño que sentía, pero estaba demasiado asustado como para pensar en volver a dormir hasta que su cuerpo tuviera suficiente.

«¿Qué hora es?» pensaba con urgencia «Ocho en punto» pudo ver en el reloj a su lado.

Intentó levantarse, pero la incomodidad entre sus piernas le recordó todo con un punzante dolor. Cerró los ojos con fuerza, dejándose caer de nuevo sobre el colchón y las almohadas. Giró el rostro, dándose cuenta que se encontraba solo en la cama, incluso la habitación entera parecía estar vacía con su excepción. Sus labios se fruncieron en un mohín un poco decepcionado, pensando en que hubiera sido más tranquilizante el encontrar ha Yuta a su lado.

Se levantó de la cama y buscó sus prendas, encontrándolas regadas por el suelo. Corrió dentro del baño para limpiar lo pegajoso de su cuerpo, había caído rendido tan pronto que ni siquiera se había tomado el tiempo de limpiarse a sí mismo, y al parecer, Yuta tampoco se había molestado en ayudarlo. Se encerró en el baño y recargó su espalda desnuda contra la puerta de madera blanca. Apretó el bulto de ropa contra su pecho y soltó un sollozo.

Se sentía como un completo idiota, y en realidad lo era. Se había dejado llevar por sus deseos sin importarle nada más. Había pasado la mayor parte de su vida evitando caer ante provocaciones o la misma calentura de su lobo y siempre le había salido bien, nunca había tenido demasiado problema en rechazar alfas que solo buscaban enterrarse en su interior para luego irse. Y ahora que había tenido su primera vez con Yuta, no podía pensar de una manera positiva, simplemente pensaba que se había portado como un completo animal, olvidándose de las promesas que se había hecho a sí mismo cuando se presentó por primera vez como un omega. Y quizá las lágrimas eran porque en el fondo sabía que lo suyo con Nakamoto aún no era lo suficientemente fuerte como para haber dado un paso tan importante para él. Su pensar era un poco conservador, pero había crecido bajo la fuerte influencia de su madre y abuela, las cuales siempre se habían encargado de inculcarle buenos valores como un omega. Sicheng sabía que era fácil aprovecharse de un sumiso como él, por eso siempre había dejado que sus hermanos y padre cuidaran tan bien de él y de que nadie se acercara demasiado con malas intenciones en mente.

Suspiró pesadamente, ya no valía de nada el reprocharse por lo que había hecho o por lo que no. Ahora debía asumir la responsabilidad de sus actos y seguir adelante.

Respiró profundamente, sintiendo aún más fuerte el olor a melisa que solo había recibido por parte de aquel alfa. Sus músculos se tensaron y se quedó quieto en su lugar, llevando una de sus temblorosas manos hasta su boca y nariz, intentando acallar sus sollozos y que sus lágrimas se detuvieran a mitad del camino.

—Sicheng —escuchó la voz del alfa del otro lado de la puerta—. ¿Estás ahí?

Suspiró profundamente antes de responder, no quería que el mayor se diera cuenta de su estado emocional.

—S-sí —respondió lo mejor y más alto que pudo—. Solo me voy a limpiar... Y ca-cambiar.

—Puedes bañarte, pero hazlo en otro baño —le dijo Yuta.

Aquello hizo sentir incluso peor al omega, pero tras limpiar bruscamente sus lágrimas y secarse lo moqueante de su nariz con la manga de su chaqueta, abrió la puerta y salió con pasos pequeños y temerosos, encontrándose del otro lado con Yuta, el cual estaba vestido con la misma ropa que al inicio. Sicheng se sintió pequeño a su lado sin importar qué, sus brazos temblaban y sus pies apenas y se movían. El hecho de que solo él se encontrara desnudo y oliendo a fluidos y aromas entremezclados, solo hacía que todo fuera incluso muchísimo peor.

Hiroki Y Yo. ((yuwin omegaverse))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora