Especial XiaoDery (23): Mientras los recuerdos perduren.

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Ese descubrimiento cambió su vida. Una vez que se atrevió a mirarlo a los ojos, supo que ya nada iba a ser como antes. Miró a su alrededor y quiso no creerlo, no comprender lo que escuchaba y lo que se acontecía, incluso sentía que podía verse a sí mismo; en pauta, ligeramente tembloroso porque el suelo bajo sus pies ya no parecía tan firme como siempre había creído que era. Ni siquiera él resultaba ser tan fuerte como alguna vez pensó.

En esos instantes lo comprendió todo. Se sentía al borde de un ataque y su corazón rebosaba en incertidumbre y decepción. Xiaojun lo miraba con aquellos inmensos ojos llorones, los mismos que había descubierto y conocido de esa misma manera; con malas historias que arrastraba consigo y recuerdos que le hacían doler y llorar.

Xiaojun le hablaba, intentaba decirle que debía comprenderlo, que debía entender la delicada situación en la que se vio sometido; y Hendery supo que él lo entendía. Esos últimos meses había descubierto que entendía a todo el mundo, pero nadie lo comprendía a él. Estaba impaciente por despertar de ese agrio sueño, quería despojarse de todos los prejuicios que su mente creaba y simplemente ser alguien diferente, tener que ser espectador de aquella situación de una manera diferente. Quizá menos directa, menos personal o menos atroz. Ya no sabía nada.

Quiso irse. Sintió la necesidad de dar media vuelta y caminar lejos de ese lugar que de pronto se sentía caliente y espeso, pero también supo que era momento de dejar de ser un niño y ser responsable de sus actos. La vida se resumía a constantes consecuencias y él siempre había intentado huir de ellas, ignorar sus hechos y fingir que él no tenía de qué preocuparse. En su garganta sentía todas las palabras atoradas, sentía cómo tenía tantas ganas de decirle mil y un cosas, pero en realidad no era capaz de emitir sonido alguno.

Él lo seguía mirando, solo que ahora lloraba y sollozaba. El rostro del omega se enrojecía por la presión de sus emociones, sus gruesas cejas se fruncían, dando aviso del inmenso dolor que todo aquello le causaba.

Hendery suspiró, pero todo lo que se acumulaba en su pecho ya no podía ser disuelto a base de paciencia y resiliencia. Había sido comprensivo, había cambiado tras mucho esfuerzo y trabajo duro. Había aceptado que tenía problemas con su conducta, maneras erróneas de pensar y ver las cosas y ni hablar de las acciones que cometía al pensar que la juventud le duraría para siempre y nunca tendría que detenerse a respirar profundo y soportar el sentimiento de haberse equivocado y haber fracasado como un buen alfa. Había consolado sus heridas con métodos saludables, había encontrado el equilibrio y, hasta antes de ese momento, sentía que la vida comenzaba a ser verdaderamente buena. Pero el sube y bajas así resultaba; aveces la subida se sentía genial y la bajada se llevaba consigo la esperanza y la fe.

En algún momento le habían dicho que la vida era un espejo de sí mismo. Cada uno de nosotros contaba como un espejo y desde entonces logró verse en cada uno, pero también creía que nadie lograba darse cuenta de eso mismo. Se dio cuenta que todo el mundo vivía en un sueño, en una realidad falsa de la cual no eran consientes y de la cual muchos jamás podrían deshacerse. Pero él ya se había dado de muchas cosas, había cambiado tanto en tan poco tiempo que era por eso que lograba mantenerse quieto, como si estuviera intentando regularizar primero todo en su interior.

Pero el caos siempre terminaba siendo presente.

-¿No dirás nada? -cuestionó el omega en un leve susurro. Jugueteaba con sus manos sobre su abdomen, lloraba y dejaba que cada lágrima cayera sin más.

-¿Y qué puedo decir? -preguntó igualmente. Se encogió de hombros y suspiró. Era un mecanismo de defensa suyo el siempre buscar minorizar las cosas, como si buscara proteger de los demás aquello que le dolía en lo más profundo de su alma-. Tomaste la decisión por ti solo, no creo que necesites mi opinión.

Hiroki Y Yo. ((yuwin omegaverse))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora