17: Aprende a hacer las cosas mal.

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Sicheng lo recuerda como en cámara lenta, como si aquel trágico suceso hubiese sido una escena de una película en donde todo es el doble de dramático. Aquel chillido lo hizo correr de inmediato hasta el final de las escaleras y se arrodilló sobre el piso.

La señorita Bae se quejaba en voz alta, gritando que era su tobillo el que dolía como el infierno. Sicheng la auxilió en lo que más pudo, asegurándose que no tuviera alguna otra lesión que fuese ignorada por aquel otro dolor. Sicheng en ese momento supo que su maestra de baile tendría que tomarse una incapacidad indefinida pues mientras se tratase de algo que pusiera en juego su capacidad de bailar, debía atenderlo con precaución. La ambulancia llegó después de unos minutos y la subieron a la camilla para llevarla al hospital. La maestra lloraba y pedía perdón por el escándalo, pero aunque no fueran tantas las personas que tomaban su taller, era una profesora conocida y muy querida y admirada entre el alumnado e incluso los profesores. Fue tristísimo verla sufrir, pero al menos los paramédicos habían diagnosticado que nada estaba roto, solamente un desgarre que averiguarían su grado.

Así que Sicheng allí se encontraba en esos momentos; a las doce del mediodía sin más clases pendientes y con su único taller cancelado hasta nuevo aviso. ¿Qué se supone que haría en esos momentos? Sabía que Ten seguía en clase y sería así hasta las tres de la tarde en punto, aunque tampoco era como si pudiera ir a pasar el rato con él. Se sintió un poco desanimado por ese tema; Ten era su mejor amigo en todo el mundo y en realidad casi su único amigo verdadero, era triste haberlo perdido por una tontería como aquella. Solamente suspiró y se acomodó sobre su asiento en uno de los escalones de la facultad.

En ese momento recordó que había quedado con Yuta de verse después de que su último pendiente terminara. Sacó su móvil y llamó a ese alfa, mordiendo su labio inferior y sintiéndose un poco asustado por estarlo llamando. Yuta respondió de inmediato y le dejó casi sin habla sin mucha razón detrás. Su corazón latía rápido.

-Hola, lindo omega -respondió tan animado que Sicheng sintió ganas de colgar.

-Solo llamo para decirte que me iré a casa ya, no tendré baile hoy así que nos vemos otro día.

Sicheng realmente había adquirido una postura que intentaba retar la paciencia del japonés; se portaba ajeno y como si no le importara demasiado. Sicheng lo intentaba con todas sus fuerzas porque estaba cansado. Estaba cansado de ser siempre el juguete de aquel alfa, de que se sintiera con la libertad de amenazarlo y usarlo después como si no valiera nada. Sicheng le había llorado demasiado, había sacrificado tanto y Yuta nunca se había dado cuenta y él había sido el doble de idiota por permitir todo aquello, pero en donde el corazón mandaba, la mente salía de sobra y no debería ser así, pero ese omega era débil porque su lobo sabía de quién se trataba Nakamoto.

En esos momentos solamente suspiraba ante la terrible idea.

-¿No prefieres que pase por ti ahora? -cuestionó el mayor sin perder el timbre de voz tan animado. Sicheng sospechaba sobre lo peor.

Y se sorprendió el doble al entender aquellas palabras. Si bien se había tomado la molestia de llamar, estaba muy seguro de que Yuta se enojaría y le diría alguna que otra cosa hiriente, algo que se había convertido en la costumbre, así que el recibir aquella contestación fue sumamente sorprendente. Pero intentaba mantener su postura.

Una postura tan firme como un pedazo de papel.

-No, no te molestes.

-No es molestia.

Sicheng odiaba más la nueva actitud del alfa que al Yuta del pasado.

Rodó los ojos cansado, nunca pensó tener que lidiar con un Yuta insistente en ese aspecto tan... Normal. Más bien estaba acostumbrado a insistirle por migajas de amor, queriéndolo obligar a que lo tratara como su omega y le amara de tal forma. Y aunque en esos momentos el alfa realmente no estaba haciendo mucho, era como estar corriendo para él. Suspiró levemente y lo pensó por un momento. Incluso intentó negarse, poner alguna mala excusa y colgar sin más, intentando devolver así lo que en el pasado había sucedido.

Hiroki Y Yo. ((yuwin omegaverse))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora