167. Suerte Con Ello

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Clarke Griffin se sentía poco preparada para enfrentar a Niylah, la chica con la que llevaba tres años compartiendo su vida en Boston y con la que compartía también trabajo.

La idea de poder encontrarse a solas con ella cada vez era más dura, por lo que ahora que sabía que ella estaba en Scranton Crow le había enviado un mensaje citándola en un discreto restaurante del centro llamado The Flame, no muy lejos del Eligius III donde se hospedaba.

Clarke había llegado un poco antes y se encontraba lo suficientemente nerviosa como para tener que recurrir a algo de alcohol que la ayudase a controlar sus nervios.

Había escogido una mesa cercana a la pared algo apartada de los enormes ventanales, la idea de que alguien pudiese verlas y llegase a oídos de Lexa o de su familia, hacía que se le encogiese el estomago.

No sabía cómo iba a hacerlo, como iba a romper con Niylah porque tampoco sabía como iba a reaccionar cuando se viesen de nuevo.

Estaba de los nervios.

Cuando las puertas del local se abrieron y la vio entrar a lo lejos, no pudo evitar fijarse en lo guapa que se había puesto para ella, Niylah vestía un elegante abrigo negro y un conjunto marrón que realzaba su rubio cabello.

Nada más buscarla con la mirada y dar con ella, la rubia chica había sonreído espléndidamente y había hecho un gesto a la camarera señalando a Clarke a o lejos.

Luego se había dirigido hacia ella.

En el momento en que Niylah se inclinó a besarla tomando suavemente su rostro lleno de entusiasmo y amor, el corazón de Clarke se detuvo por un momento.

Niylah se sentó justo frente a ella y quitándose el bolso lo dejo a un lado, disponiéndose a hacer lo mismo con el abrigo.

—No sabes las ganas que tenía de verte —dijo ella dejando el abrigo sobre el bolso antes de sentarse con una sonrisa echando un vistazo al lugar—. Este lugar es genial, cuando Raven y tú me hablabais por teléfono de Scranton Crow, creía que era poco menos que un estercolero pero tiene su encanto.

La camarera llegó a ellas y les tendió la carta en aquellos instantes sonriéndoles.

—¿Les voy trayendo algo más de beber? —preguntó la chica ya que Clarke ya estaba bebiendo.

—¿Has empezado a celebrar sin mi? —le preguntó Niylah con media sonrisa fijándose en la botella abierta antes de acercar una de las copas vacías sobre la mesa—. Estamos bien así, gracias la compartiremos.

Clarke que se la quedo viendo puso buena cara a la camarera para luego fijar la mirada en su copa y beber algo más.

—Y la gente aquí parece amable también, no es tan asco. Sois unas exageradas —sonrió Niylah cogiendo la botella para servirse.

Clarke que levantó la vista para verla trago lentamente con fuerza.

Dios, ¿cómo iba a decirle lo que tenía que decirle si no paraba de comportarse así?

—¿Te han dicho ya cuando comenzarán a procesar a McCreary y al resto? —quiso saber ella llevándose la copa a los labios para beber un sorbo—. Diyoza me dijo que están a punto de trasladarle de Nueva York, Nikki estará encantada con la idea, ¿no?

Clarke que asintió con la cabeza intentó poner buena cara asintiendo quedamente.

—Si.

—Menudo hijo de puta, oí que la había enviado al hospital, no he podido hablar con ella aún aunque espero que este bien —le sonrió Niylah dejando la copa saboreando el delicioso sabor en sus labios—. Tú no pareces demasiado contenta, ¿es por lo del tiroteo?

Shameless: Fuck Off The 100 (Parte I) #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora