32. Fantástica

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El tramo de la recta y oscura carretera que atravesaba los pequeños bosques Mildford casi hasta las afueras de Scranton Crow terminaba en la linde de una pedregosa, alta y peligrosa montaña llena de curvas cerca de una vieja presa abandonada cuando la ciudad se hizo lo bastante grande como para proveerla.

Josephine Lightbourne, la amiga de Lexa había estacionado su coche en un paraje bastante apartado junto con algunos más situado cerca del nacimiento de la montaña y había comentado a Clarke que a partir de ahora habría que ir a pie.

Al principio Clarke creyó que aquello era una broma pero no, ellas al igual que algunos grupos de chicos y chicas que estacionaban sus coches y motos en aquel sitio se abrían paso carretera arriba andando escuchando como el inigualable y estridente sonido de los coches pasando a toda velocidad muy por encima de ellos se superponía a toda aquella algarabía que había formada.

Las chicas estaban lo bastante animadas explicándole a Clarke todo con la exaltación, la picardía y la excitación del momento como para darse cuenta de que Clarke no parecía perder detalle de todo lo que ocurría a su alrededor ni de la gente que al igual que ellas se incorporaban a las "Racers Nights" de aquella noche.

Cuando lograron alcanzar lo alto de la montaña y llegar a parte de la presa abandonada donde unas viejas naves de hormigón hacían de telón de fondo albergando a la gran multitud que se había reunido allí Clarke se sorprendió. Muchísima más gente de la que imaginaba se había congregado allí, muchísimos coches increíblemente calibrados y preparados para correr yacían aparcados muy cerca de las naves mientras sus conductores y algunos otros admiraban y ultimaban los últimos detalles antes de la siguiente carrera.

Había varias hogueras dispuestas no muy lejos de las naves, todo el mundo bebía, fumaba, reía, bailaba, hablaba, gritaba... al mismo tiempo que la música retumbaba desde algún lugar lejano. Las anchas y enormes puertas de las naves permanecían subidas y la gente parecía entrar y salir de las naves con bebida y todo tipo de sustancias como si de una improvisada discoteca o sala de fiesta se tratase.

Joder, ni con todos los efectivos con los que contaba la Comisaría de Scranton Crow se podría detener ni a la mitad de ellos, pensó Clarke fijándose en la multitud reunida cerca del borde de la carretera mientras los coches giraban a toda velocidad compitiendo entre ellos por toda la montaña.

—...te va a encantar, puedes apostar lo que quieras —siguió diciendo Josephine con entusiasmo a la vez que gesticulaba dicharachera junto a Clarke.

Monroe y Lexa que iban un par de pasos por detrás de ellas compartían la botella de vodka mientras se reían a carcajadas recordando viejas anécdotas al ver algunas caras familiares por allí.

Clarke que sonrió a Josephine escuchó tras ella la inesperada risa de Lexa y volvió a mirar a la otra rubia a su lado.

—Por cierto, ¿qué es lo que le has dado a Lexa?

Josephine que volvió también la cabeza para mirarla se echo a reír por lo bajo mientras andaban.

—Solo algo para animarla —contestó sin darle importancia la chica sonriendo con entusiasmo—. Créeme lo necesita mucho más que cualquiera que conozca.

Clarke que vio a un par de chicos pelearse no muy lejos de unos arboles mientras algunos de sus amigos trataban de separarles, volvió la cabeza para mirar a Josephine sonriente.

—Si, ya, ¿pero qué es?

Josephine que se agarro de su brazo se echo a reír haciéndola caminar y que pasasen de largo por la cercana pelea.

—¿Por qué quieres saberlo? ¿acaso quieres un poco?

Monroe apresuro el paso alcanzándolas junto a Lexa entre risas, y apoyó la mano del hombro de Josephine tropezando un poco con sus propios pies.

Shameless: Fuck Off The 100 (Parte I) #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora