36. Harta De Todo

667 143 114
                                    


El paraje que rodeaba las antiguas instalaciones de la presa abandonada de Scranton Crow estaba repleto de frondosos árboles y bajos arbustos que crecían como la mala hierba en terreno pedregoso.

El alargado edificio de hormigón gris lleno de antiguas salas yacía precediendo la presa en absoluto silencio, oscuridad y abandono. Muchos de los jóvenes solían saltarse las clases e ir allí a hacer pintadas, otros por su parte habían roto con piedras los antiguos ventanales y arrancado el marco de las puertas y las ventanas así que ahora en lugar de un largo y rectangular edificio vallado era un barracon más bien ruinoso y vacío.

Aún conservaba la estructura de los cubículos y aseos que separaban algunas oficinas y despachos unos de otros, al igual que la vieja sala de maquinarias.

No muy lejos de allí se encontraba la montaña y el enorme terraplén que utilizaban los talleres vinculados a las "Racers Nights" para sacar beneficio utilizando y disputándose las enormes naves abandonadas las cuales por el día parecían a ojos ajenos selladas y solitarias y que por la noche se convertían en un verdadero hervidero de gente dispuesta a divertirse, y pasarlo bien arriesgando lo poco o mucho que tuviesen.

Mientras Lexa Woodward se alejaba del ruidoso bullicio con el corazón latiendole exacerbadamente en el pecho, y la respiración entrecortándosele con cada paso que daba sintiéndole el cuerpo entero arder de pura impotencia y rabia, trató de abrir y cerrar su mano cuyo dolor la atravesaba teniendo que sacudirla y llevarse la otra mano a esta para palparla.

Le había dado un buen golpe a Derrick, eso no lo dudaba ni por un segundo y probablemente de no haberla parado Lincoln, se habría ensañado con él allí mismo y de ser posible le habría matado.

Ganas desde luego no le habían faltado en absoluto.

Había puesto rumbo a ninguna parte porque no quería tener que enfrentarse a Lincoln, aquella noche no.

Él jodido Lincoln, joder era como tener de su lado al puto Pepito Grillo. Todo moralidad, serenidad e hipocresía.

¿A quién quería engañar? De haber podido pegarle él, Lincoln no se hubiese cortado un pelo en darle su merecido pero no, ella no podía hacerlo al parecer porque no estaba bien comportarse de aquella dichosa manera, a juicio suyo.

—Puto hipócrita... —farfullo por lo bajo Lexa alejándose de mala gana por entre los árboles bajo la oscuridad que cernía a su alrededor y la pálida luz de la luna que caía sobre aquellos bosques.

Dios, estaba tan furiosa, tan dolida, harta y enfadada que ahora mismo sentía que podría parar un tren con las manos de ponerse este delante.

Lexa no siempre sabía lo que sentía pero aquella noche la ira, la sed de venganza, la furia y la rabia fluían a través de cada fibra de su piel latente a cada pequeño paso, a cada respiración que daba.

Debería matar a ese hijo de puta por lo que les hizo al entrar en su vida, si le hubiese parado a tiempo, si tan solo ella hubiese sido más firme, si se hubiese encarado antes con Luna quizás ella no estaría en la situación en la que se encontraba ahora.

Temblaba tan fuerte en aquellos momentos de solo imaginar a su hermana en aquella solitaria y pulcra cama de hospital que casi hiperventilaba y la ira... dios, cuanta ira no la abandonaba.

Lincoln había pensado seguirla pero sabía que lo que necesitaba ahora mismo era estar sola y procurar calmarse mientras él comprobaba que el capullo de Derrick y aquella Barbie Extensiones no llamasen a la policía, Clarke se cruzo con él que apenas le vio al tiempo que él se dirigía a la zona de los coches donde la multitud se agolpaba no muy lejos de Derrick atentos al lamentable espectáculo que acababan él y Lexa de dar y Clarke se adentró en el bosque siguiéndola.

Shameless: Fuck Off The 100 (Parte I) #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora