65. Error o No

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En el pequeño apartamento de Octavia Blake, su mejor amiga, Lexa Woodward siempre había logrado sentirse como en casa. Aquellas paredes habían sido testigo de tantos buenos y malos momentos juntas que de hablar bien podrían contar la historia de su completa amistad, complicidad y hermandad.

Mientras terminaba de vestirse en la habitación de Octavia, Lexa no podía dejar de pensar en las cosas que Clarke le había dicho y en que estaba abajo esperando por ella para regresar juntas a casa.

Habían sido días amargos y raros, quizás demasiado precipitados donde había tenido que enfrentar toda clase de mierdas a las que normalmente estaba acostumbrada pero esta vez se sentía diferente, distinta, más cansada, más resignada.

La posibilidad de dar un paso en falso y que el suelo se desquebrajase bajo sus pies la mantenía siempre en una tensión constante a la que odiaba estar sometida pero su vida era así.

No había más.

No para ella o eso al menos era todo cuanto había creído hasta ahora. Conocer a Clarke, permitir que de algún modo entrase en su vida, confiar en alguien de la manera en la que había confiado ella, hacía que una latente sensación de inseguridad, temor e inquietud se apropiase de ella a cada pequeño instante.

Debía reconocer que nunca había sido buena relacionándose de una manera sentimental y amorosa con nadie.

Su vida había transcurrido entre el descontrol más absoluto y la excesiva responsabilidad que había supuesto cuidar de todos sus hermanos y no había tenido tiempo material ni ganas algunas de involucrarse de esa forma con nadie.

Todo era demasiado nuevo en ese sentido para ella, y a pesar de solo tener veinte años en el terreno sentimental se sentía como una quinceañera. Torpe y temerosa de meter la pata cuando alguien de verdad le correspondía y le gustaba.

A su mente acudían toda clase de proposiciones e invitaciones que había recibido a lo largo de los años, ninguna lo bastante buena o interesante, lo bastante decente o normal como para aceptar.

Pero la normalidad era un concepto relativo para ella acostumbrada a una clase de vida que pocos soportarían vivir.

Así que el sexo sin compromiso alguno, la charla insustancial, las copas, las risas, la fiesta era algo que realmente dominaba en su totalidad y que le había bastado para pasar el rato y hacer su vida algo más normal, ¿pero una relación seria?

No, no era tan ilusa como para confiar en que la merecía de verdad.

No era culpa suya, eso lo tenía claro. La culpa era de las circunstancias que la habían rodeado desde el momento en que nació y las cuales, con el tiempo no había logrado variar o cambiar.

¿Quién soportaría estar al lado de una vulgar ladrona seudo stripper y camarera a ratos con mil y un problemas a sus espaldas con los que lidiar que además de ellos debía ocuparse de cinco hermanos más todos con sus propios problemas y asuntos con los que lidiar y aún así querría quedarse junto a ella?

La respuesta honesta y sensata sería nadie.

Se sentía una autentica estafadora por dar pie a Clarke de creer que habría lugar en su vida para ella de algún modo. Tal vez se engañase al creer posible esa oportunidad, pero quizás no fuese la única al engañarse al respecto.

Clarke parecía una chica lista, independiente y espabilada como para que alguien como ella la pudiese engañar, así que si estaba convencida de querer estar con ella quizás y solo quizás, Clarke pudiese ver en ella algo que ni ella misma podía lograr ver.

Shameless: Fuck Off The 100 (Parte I) #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora