Las Cenizas De Mi Voz | Present Mic [Hizashi Yamada]

CAPÍTULO: 5

Un viernes fui de nuevo al trabajo, y llegué a mi estudio.
Estaba abriendo la puerta cuando:

— ¡Hola T/N!, que maravilla volver a verte —Hizashi gritaba mientras se acercaba—.

Cerré mis ojos fuertemente mientras en mi rostro se reflejaba disgusto.
Di la vuelta para verlo.

— Hola. Yamada...

Detrás de Hizashi lo seguía otro hombre.
El cabello, las ojeras y esas pupilas...
Las recordé sin mucho esfuerzo.

— Sigues igual de directa ¿qué sucedio sunflower?.

— Deja de llamarme sunflower. Ya te lo he dicho varias veces Yamada.

— Ok, ok. Ya no te llamaré así.

— Espera, eres el hombre del gato en la esquina.

— Si. Era yo.

— ¿¡Se conocen!?.

— Aizawa es un viejo amigo, es profesor en U.A —golpeó la espalda de Aizawa—.

— Te pediré que dejes de hacer eso Hizashi  —Respondió ante el golpe—.

— Ya veo... ok, tenemos trabajo que hacer y cuanto antes lo terminemos mejor —Dije rápidamente—.

— ¿A qué te refieres?. ¿Acaso no quieres pasar tiempo con tu compañero favorito? — Dijo bromeando—.

—No tengo tiempo para eso.

— Estas rara... cuando te conocí no eras así.

— Si bueno, ve rápido a tu estudio.

Me senté en mi asiento y subí mis pies a un costado de la mesa.
No estaba de humor para nada.

Hizashi entregó algunos papeles a Aizawa.
Al cabo de un rato se retiró.

Estaba sentada esperando al rubio.
Ya tenía todo listo para la transmisión de esta madrugada.

Decidí ver porqué tardaba tanto.
Y ahí lo vi...
Estaba arreglando su cabello. Lo había traído completamente suelto, así que lo amarró en un moño.
Podría admitir que en ese sentido Yamada es atractivo. Pero... no conviene enamorarme de este tipo.

— ¿Ya estás lista rapunzel? —Le dije a través del micrófono que conecta a su estudio—.

— No te preocupes Sun- digo T/N, apenas es media noche.

— Por ese motivo apurate.

— Tranquila cenicienta, el hechizo aún no se acaba.

— Ja,ja —Reí sarcásticamente—.

— ¿Acaso crees que eres la única quien puede hacer chistes de princesas?.

— Suenan mejor cuando los digo yo...

— Eso es... ahora te llamaré princess.

— ¿Es necesario un apodo?, en ese caso te llamaré parlante con patas.

— ¡Oye eso no suena bonito!.

— Esa es la idea —reí mientras lo miraba—.

— Vaya, al fin puedo oír esa risa...

Me sonrojé ante ese último comentario.

Rodé los ojos, doble mis piernas pegandolas a mi pecho para sumergir el rostro detrás de mis rodillas.

Yamada sólo se río y volvió a lo suyo.

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Luego de una hora de transmisión, llegó el momento de un corte comercial.