CAPÍTULO: 10

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No me había percatado de aquella venda en su mano, pues llevaba unos guantes de cuero negro sin dedos. Y en U.A los guantes de su traje.

— ¿Qué sucede?—.

— No puedo tocar tu rostro. Tengo miedo de hacerte cenizas...—.

— ¿Y que más da?, no me importa si lo haces, moriría en manos de una bella sunflower—.

— Yamada por favor. Esto es serio— .

— Y estoy siendo serio, sé que... Esto es raro... e incómodo a la vez, incluso... Debes estar aterrada. Pero es la verdad, yo...—.

— Perdóname. No estoy de ganas para esto—.

Yamada sólo miró el suelo. Mientras mis pies se alejaban.

— Realmente, no me importaría si me haces cenizas —.

Me detuve frente a la puerta.

— No digas tonterías Yamada —Reí al final—.

— No estoy diciendo tonterías. Te estoy diciendo la verdad—.

— Pero por favor, nadie quiere morir así, convertido en cenizas...—.

Yamada tenía unas botas negras con plataformas. Como las del estilo punk.
Sus pasos resonaron en la habitación.
Caminó hasta mi.

— Debes dejar de menospreciarte—.

— ¿Menospreciarme, me dices eso luego de lo que hice?—.

— Lo que pasó con tu padre, fue un accidente—.

— Todos dicen lo mismo—.

— Mira... No quiero hacerte más daño así que...—.

— Volvamos a trabajar—.

Al final del programa... salí del lugar antes que Yamada.
Y me dirigí al subterráneo...

— T/N, que gusto verte—.

Keigo se acercó a mi mientras saludaba.
Simplemente sonreí y lo acompañé.

"Me gustas demasiado". Aquella frase proveniente de Yamada no salía de mi mente.

¿Enserio dijo eso?, es decir, ¿un hombre exitoso como él, interesado en una fracasada como yo?.
Debe ser una broma.

Keigo me hablaba de su día. Y el cómo le fue.
Realmente no le prestaba mucha atención... Pero aún así me gustaba su compañía.

En unos días es mi cumpleaños, Keigo sabía de ello, pero no quería recordarselo, es más quería que lo olvidara.

Llegué a casa muy cansada, esa tarde debía ir con Yamada a investigar cerca del edificio que... ahora ya no es un edificio ya que se hizo trizas.

Pasé las horas limpiando mi hogar.
Y luego Yamada llamó diciendo que me estaba esperando. Realmente no quería ir, pero... se lo había prometido... No quería desilusionarlo...
Así que me preparé rápido y fui junto a él.

— ¡Hola linda!—Yamada saludó—.

— Hola, ¿estás listo?—.

— ¡Yes!, ¿and you?—.

— Igual, supongo...—.

— Oye perdón por lo de anoche... No era buen momento...—.

— No hay problema —Reí incomodamente—.

— Jaja, está bien...—.

— ¿Empezamos ya?—.

— Así es, sólo estaba esperándote, en fin, ¡vamos a la escena del crimen! —Gritó—.

Las Cenizas De Mi Voz | Present Mic [Hizashi Yamada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora