CAPÍTULO: 6

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Keigo me acompañó hasta mi casa.
El siguió insistiendo y tuve que aceptar.

Al día siguiente prometí que nos encontraríamos en mi casa. Lo invité a almorzar...
Sé que siempre estoy sola... Pero su compañía era tan acogedora.

- Ya está lista la soba Keigo...

- Genial, iré a lavarme las manos.

Keigo jugaba con Ryu mientras yo preparaba la comida, antes de eso me ayudó con la soba, pero le dije que podía hacerlo sola. Es un invitado, no debería preparar la comida.

- Bien, tengo mucha hambre -Mencionó mientras se sentaba en una silla-.

- Aquí tienes -Le pasé unos palillos.

- Gracias T/N -Sonrió y empezó a comer-.

Ambos saboreamos la comida.
Y cuando terminamos me ayudó a limpiar la mesa.
Estábamos hablando en la sala, mientras Ryu se acomodaba entre las alas de Keigo.

- Ryu, sal de allí -Dije mientras lo miraba-.

- Jaja, no te preocupes T/N, está bien, tu gatito es muy adorable -Sostuvo a Ryu con sus manos y lo acomodó en sus brazos-.

- Perdóname, Ryu es muy cariñoso y aveces puede ser incómodo.

- Para nada, es muy lindo... como tú...

- G-Gracias... -dije con una leve sonrisa-.

- Es increíble que no haya nevado ayer.

- Así es, el año anterior ni siquiera nevó. Parecía más otoño que invierno.

Pasó media hora y Keigo debía retirarse.
Estaba despidiéndome de él cuando en seco me dice:

- ¿Quieres visitar a las nubes?.

- ¿Visitar a las nubes?.

De pronto me tomó con sus brazos, extendió sus alas y emprendió vuelo. Observé el suelo, estaba muy lejos, solté un grito y me sacudí, esto causó que Keigo perdiera el agarre y me cayera de sus brazos.

- AHHHHHH -Gritaba mientras caía-.

- Ups, se me cayó -Voló en picada hasta lograr sostenerme de nuevo-.

Me sostuve de su cuello.

- Keigo por favor ya déjame -escondí mi cara en su cuello-.

- Si te suelto ahora caerás directo al suelo, no creo que sobrevivas a la caída.

- Keigo deja de bromear, no es gracioso.

- Está bien, está bien... te dejaré en casa.

Volvió por donde veníamos y poco a poco fue descendiendo del cielo.

- Perdóname linda, pensé que te gustaba volar.

- Le tengo miedo a las alturas así que... no en gusta.

Soltó una risa.

- Tranquila linda, no volverá a pasar. ¡Nos vemos, cuidate!.

Keigo se despidió.

Yo ingresé a mi casa. Suspiré profundo mientras me sentía aliviada.
No esperaba eso de él.

Decidí prepararme un té. Hace tiempo no bebía uno.

______________

Pasó una semana. Keigo se volvió un amigo.
A pesar de todo realmente disfrutaba de su compañía y pasábamos las tardes juntos.

Era viernes y le prometí que nos encontraríamos en el subterráneo luego del programa.

Hizashi estaba igual que siempre, pero esta vez, el ambiente era diferente.
Era tan frío, tan silencioso...
Hasta podría decir que aburrido.

No me habló hasta el final del programa. Lo cual me hizo sentir incómoda. Por lo general el busca molestarme de forma divertida, poniéndome apodos como princess o sunflower. Haciéndome reír por tonterías...

Aveces me habla sobre su día, o me preguntaba cómo fue el mío. Y aún que no siempre estaba de humor, el seguía mostrando una sonrisa en el rostro.
Una sonrisa tan sincera...

Estaba cerrando la puerta de mi estudio, Hizashi aún no salía del suyo, lo cual me pareció extraño.

- Ah... ¿Hizashi...? -me acerqué a la puerta-.
Una silueta se acercó a la puerta y la abrió.

- T/N, justo a quien quería ver, ven tengo que hablar contigo -Me sostuvo de la mano-.

- No me sostengas de la mano -Dije rápidamente y la separé de la suya-.

- De nuevo con lo mismo. ¿Por qué no quieres que lo haga?.

- Es difícil de explicar ¿ok?. Sólo no lo hagas.

- No me iré de aquí hasta que me cuentes el por qué.

- Yamada, no tengo tiempo. Dime de qué quieres hablar.

- No hasta que me digas el por qué actuas tan raro.

- ¿Yo, actuar raro?, claro que no.

- No creas que te salvarás de mi -Intentó atraparme-.

Me hice a un lado y evite su agarre.

No sabía qué hacer, no quería decirle la verdad. No quería que él supiera.

Por alguna razón, no se me ocurrió nada más que correr. Sentía los pasos de Hizashi atrás de mí mientras gritaba que me detuviera.
Salí de la estación y empecé a correr más rápido, al parecer Hizashi no me quitaba la mirada de encima, pues el seguía atrás de mí. Choqué con algunas personas mientras corría.

Ya estaba cansada, y mi respiración era acelerada.
Por suerte ya estaba cerca de mi casa, pero Hizashi seguía pidiendo que me detuviera.

Entré adentro, pero cuando cerraría la puerta Hizashi la sostuvo, impiendo que la cerrara.
Ambos empujabamos del lado contrario.
Como él era más fuerte me rendí y fui corriendo a mi habitación, logré cerrar la puerta con llave y coloqué una silla para bloquear el cerrojo.

- ¡T/N por favor escuchame!.

- ¡Vete Hizashi!.

- No lo haré -Se sentó frente a la puerta apoyándose en ella- No hasta que me digas por qué eres así.

- Eres un terco Hizashi...

- Al igual que tú.

- Por favor, entiende que no puedo decírselo a nadie... o al menos eso me dijeron ellos...

- ¿Ellos, a qué te refieres?.

- ¿Prometes no decírselo a nadie, y que no me odiarás o tendrás miedo de mi?.
Que... ¿No me considerarás un monstruo?.

- No puedo prometer nada. Pero si de algo estoy seguro... es que no importa cuál sea el motivo. Yo entenderé y lo aceptaré.

Me acerqué a la puerta y coloqué la silla a un lado.

- En ese caso... escucha con atención...

Todo empezó cuando mi quirk empezó a manifestarse.
Creí que sería un quirk increíble como el de mis amigos...
Pero... cuando todos se enteraron de lo que sucedió... Y de lo que era capaz...
Me dejaron de lado, todos empezaron a odiarme y a evitarme.
Me había quedado sola.
Sola... en un mundo tan cruel.

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Las Cenizas De Mi Voz | Present Mic [Hizashi Yamada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora