Jules

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— ¡Jules, Jules! ¡Despierta de una vez, copia barata de un koala!

A pesar de que me gustaría despertarme con una voz suave y palabras llenas de cariño, lo único que recibía era Kiki lanzándose con maldad en mi espalda y a Lucas gritándome al oído.

— ¡Vas a llegar tarde, Juju! ¡Tarde, tarde, tarde! — Canturreaba Kiki, haciendo más pequeños sus ojos rasgados cada vez que sonreía y cabalgando mi espalda como si fuese una mula de trabajo.

— ¡Ya los escuché! — Dije, levantándome con fuerza y dejando que Kiki cayera entre risas al colchón de mi cama.

— ¡Jules, te quedarás sin desayuno! — Gritaba mamá desde la cocina, con el bullicio de mi familia de fondo.

Me coloqué adormilado los jeans y atrapé la primera camisa que encontré mientras era arrastrado por Lucas y Kiki al comedor.

Mis dos amadas madres se movían por todo el lugar. Alexa cargaba su maletín y mensajeaba a su asistente por cuestiones de trabajo, mientras que Lea lucía las más grandes ojeras por su turno nocturno en el hospital, pero aun así ayudaba a Nasha a servir el desayuno.

— ¡Jules, aprende de una buena vez a despertarte temprano o te meteré una inyección en el trasero! — Chilló Lea, moviendo con enojo la espátula y a punto de lanzármela por la cabeza.

— ¡Tampoco te veo regañando a Isidora, ella ni siquiera esta por aquí! — Refunfuñé, mirando por todos lados para buscar la cabeza rubia de mi hermana menor.

— Isidora no es una vaga como tú y ya se ha ido, tonto. — Se burló Lucas, mientras le daba una mano a la adolescente Nasha y servía unos huevos a la hambrienta Kiki.

— ¡Todos llegaremos tarde si comenzamos a pelear! — Se escuchó la voz tranquila de Alexa entre el barullo del hogar, generando que todos nos sentáramos a comer.

— Mi abogada favorita haciendo el orden, como siempre. — Le lanzaba besos Lea a mi otra madre, a pesar de los quejidos de Lucas y siendo ignoradas por Kiki, quién se encontraba justamente en medio entre ellas.

— Váyanse a su cuarto — Chillaba Nasha, dejándome casi sordo.

Me reía por los chistes de Lea del hospital, los cuentos de Kiki y las aventuras de Lucas, sintiendo la calidez de una gran familia en un hogar pequeño.

No los cambiaria por nada.

No los cambiaria por nada

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¡No quiero tu amor! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora