Eiji

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Desde el momento que Haruto apareció en la puerta de mi apartamento, mi cerebro se desconectó y huyo de mi cabeza sin mirar atrás. Me costaba comprender lo que sucedía a mi alrededor, y mucho menos lograba reaccionar.

Pero en el momento, que comenzó con su estúpido discurso de macho peludo con sentido de pertenencia, me hizo recordar precisamente la razón de lo que me mantenía vivo. Lo único que me obligaba a no matarme: vivir para cerrar el hocico y aplastarlos a todos los que me dañaron, especialmente a él.

No, también el miedo me obligo a atrapar el jarrón cercano a mi puerta. Fue el terror de la posibilidad de que alguien más se alejará por a causa de Haruto o las acciones que había cometido.

Tuve miedo de que Jules me mirase como mi madre o mi padre hicieron: con asco.

ꟷ No llores, Eiji. No llores. ꟷ Susurró Jules, atrapándome en sus brazos y ahogándome satisfactoriamente con su aroma tan dulce. ꟷ Te creo, no necesitas decir nada más. Siempre te voy a creer.

Escucharlo fue como un nudo ser desatado en mi garganta y por primera vez en mucho tiempo, lloré. Grité, me liberé con alguien.

El tiempo comenzó a moverse con una abrupta velocidad y yo no podía seguirle el paso. Lo único que sé es que la policía se presentó en la escena, intentaban cuestionarme y hacerme preguntas, pero de mi boca solo salían sollozos. Los amigos de Jules también estuvieron allí, uno de ellos salió corriendo para llevarle el trabajo a Isidora y la otra se quedó a ayudar a Jules conmigo.

Incluso podría jurar haber visto a Alexa, la madre de Isidora y Jules, intercambiando palabras con los oficiales.

ꟷ Eiji... ꟷ Pestañé, cayendo en la cuenta que Jules me miraba fijamente con sus ojos miel brillando. Se veía cansado, pero me sonreía como siempre. ꟷ Todo está bien, ¿sí? Estamos solos, nadie está aquí.

Necesite un momento para caer en la cuenta que era verdad. El revuelto de hace un segundo había desaparecido, en este momento solo estábamos Jules y yo en mi departamento.

ꟷ ¿Por qué siempre que tengo un problema, estás allí metido en medio? ꟷ Murmuré, con la voz agrietada por tanto llorar.

Jules se encogió de hombros, riendo. ꟷ ¿El poder del amor? ꟷ Me tomo de los hombros, para guiarme hacia la silla de mi mesa. ꟷ Es ya hora de comer, seguro que debes estar hambriento. ¿Quieres que te prepare algo?

En realidad, mi estomago se sentía vacío. Pero no me atreví a detenerlo, incluso disfruté ver su espalda grande moviéndose por mi cocina, batiendo huevos con un delantal que le quedaba pequeño.

Me cocino un rico platillo, incluso me ayudo a comerlo como si fuese un bebé. Y aunque me doliese el orgullo, ciertamente necesité su ayuda; mis manos temblaban cada vez que intentaba agarrar el cubierto. Pero Jules no se quejó al socorrerme, inclusive se veía contento, aunque no habláramos o yo reaccionara ante sus chistes.

Me ayudó a bañarme, me selecciono mi pijama y me acostó en mi cama, tapándome hasta el cuello. ꟷ ¿Estás cómodo? ꟷ Murmuró, acariciando mis cabellos con suavidad. ꟷ Ya es la noche, Eiji. ꟷ Miré la ventana de mi cuarto, asombrado porque ciertamente la oscuridad estaba pintada en todo el cielo. ꟷ Los oficiales me han pedido que no me vaya, pero seguro que no me necesitas para estar en tu habitación. Dormiré en el sillón. ꟷ Sonrió, como si estuviese despidiendo.

Pero le sorprendió mucho cuando una de mis manos lo detuvo, agarrándole la cálida mano suya. ꟷ Si te necesito, Jules. No te vayas, por favor.

Él volteó para mirarme, con los ojos brillando de la emoción. Seguramente feliz de que hubiese dado señales de vida en todo el resto de la tarde.

ꟷ ¡Me cambiaré! ꟷ Chilló, ansioso. Pero le tironeé la mano, obligándose a lanzarse a la cama a mi lado. ꟷ Pero... aún no me he lavado los dientes y huelo un poco feo, seguramente. ꟷ Balbuceo, jugueteando con sus dedos.

ꟷ Nah, siempre hueles bien. ꟷ Respondí, enroscando todo mi cuerpo en el suyo y apretando mi cabeza en el hueco de su cuello, hundiéndome a gusto con su olor.

¿Por cuánto tiempo había deseado esto? Siempre Jules olía increíble, pero mi temor me obligaba a mantener la distancia en él.

Hacía ya bastante que Jules me había demostrado que no era Haruto o igual que otros alfas, nunca me haría daño o pensaría en hacerlo... él me quería.

¿Y yo a él?

Levanté mi cabeza de su cuello, para perderme nuevamente en el dulce miel de sus ojos. Se veía nervioso y sonrojado, rehuyendo a mi mirada. ꟷ Jules... ꟷ Lo llamé.

ꟷ ¿Sí, Eiji? ꟷ Susurró, con su aliento muy cerca de mi rostro.

ꟷ Te quiero. ꟷ Solté, antes de clavar mis labios en los suyos. De tocar su cálida carne y perderme un poco en las estrellas que me provocaba un contacto tan íntimo con Jules.

Cuando me despegué, él tenía los ojos abiertos y aún su boca en forma de pico.

ꟷ ¿Y esa cara? ꟷ Rei, divertido.

ꟷ ¿Estás sinceramente bien? ꟷ Susurró, nervioso. Coloco su mano en mi frente, calculando nuestra temperatura. ꟷ Los oficiales dijeron que estarías en una clase de shock por el ataque, pero no mencionaron nada de decir disparates.

Negué, quitando su mano de mi cabeza para entrelazar nuestros dedos. ꟷ No estoy loco, simplemente estoy asumiendo mis sentimientos por ti.

Abrió su boca para hablar, pero al volvió a cerrar. Intento de nuevo para decir algo, pero le fallaba algo. ꟷ ¿Me estás diciendo que me quieres? ¿A mí? ¿A Jules Darmond? Tú, ¿Eiji Arata?

Sonreí, entretenido por lo idiota que estaba. ꟷ Si no quieres que lo haga, pues no.

ꟷ ¡Sí que quiero! ꟷ Me atrapó de los hombros y me miró con seriedad. ꟷ ¡Si yo te quiero y tú me quieres...! ¿Nos podemos dar otro beso?

No pude evitar soltar otra carcajada, mientras Jules me observaba asustado por tantas risas. ꟷ Bien tonto saliste, eh. ꟷ Dije, antes de volverle a atrapar el rostro y besarnos bajo la mirada curiosa de la luna.


Un capítulo especial, para justamente un momento especial: en tan solo tres meses de publicación, ¡la historia de amor entre Jules y Eiji ha llegado a los 1k de estrellas y muy pronto a las 5k de vistas!

¡GRACIAS POR TANTO, BELLOS LECTORES! ¡BESITOS!

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¡No quiero tu amor! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora