Jules

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— Pero no quiero ir... — Recriminé, mientras era tironeado por Sebastián para salir del auto. Nina nos observaba con clara burla mientras grababa la escena.

— ¡No puedes pasar todos los días lloriqueando! — Se quejo mi supuesto amigo.

— ¿Quién dice que no puedo?

— ¡Eso no es sano!

— ¡Tú no sabes lo que es sano!

— ¿Disculpa? ¡Hice un año en la carrera de Psicología!

— ¡Pero la abandonaste!

— ¡Tampoco me saques los trapitos a la luz, Jules!

Nina soltó un suspiro resignado al vernos tontear, mientras que la gente, quiénes pasaba a nuestro lado para adentrarse a la fiesta, riéndose de nosotros. Ella dio un par de pasos hacia mí, susurrando suavemente: — Dijiste que tu hermana vendría, ¿no quieres averiguar si el también?

Casi como si hubiese dicho las palabras mágicas, me desprendí de la puerta del auto de Sebastián para alejarme a paso rápido hacia la entrada de la casa.

Nina alzó su mentón con orgullo, mirando con burla al otro. — La fuerza bruta nunca es la solución, tontito.

Sebastián abrió su boca, ofendido. — ¡Hey, hey, tú lo que haces es manipularlo!

— ¡Ugh, Sebs! ¡Deja de pelear con todo ser viviente y vengan! — Grité, a duras penas siendo escuchado por la incesante y alta música que había en la fiesta. Los tres nos movimos torpemente, evitando a los ya borrachos en el suelo y siendo saludados por los que estaban despiertos.

— ¡Chicos, aquí están! — Luego de caminar un poco, Nicco se abrió paso entre la gente, cargando unos vasos y sonriendo de forma torpe. — ¡Los estuve buscando, idiotas! — Intento abrazar a Nina, pero esta lo lanzo a volar a los brazos de Sebastián.

— Llegamos recién porque alguien nos retrasó. — Contesto mi amigo, sin atrapar a Nicco y dejando que tropezara. Ignore la clara provocación de Sebastián, más concentrado para mirar mis alrededores, buscando a alguien.

— ¡No importa eso ahora! ¡Es hora de festejar nuestra vida universitaria! — El borracho nos dio las bebidas de sus manos. — ¡Bailemos!

Aunque mis amigos comenzaron a dispersarse, buscando charlar con alguien o simplemente dejar mostrar pasos de baile; yo sólo me quedé en un rincón, bebiendo tranquilamente mi bebida y con mis ojos atentos.


Mañana subiré el próximo capítulo. Buenas noches.

 Buenas noches

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¡No quiero tu amor! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora