Capítulo 16 🌹 Rubio platino

35 12 2
                                    


Rubio Platino


-Deberías quedarte esta noche aquí, Fer – dice mi mamá por segunda vez.

Yo la miro como si le faltara un tornillo.

-A eso que está en la mesa se le llama amenaza, mamá, por si no lo sabías.

-Sólo quieren asustarnos – afirma ella agitando una mano -. Cuando alguien quiere hacer algo, simplemente lo hace, no se anda con advertencias anónimas ridículas. De seguro se trata de algún resentido que está aburrido.

-La gente resentida es capaz de hacer muchas cosas – me paso una mano por el rostro mientras pienso -. Tú y Tomás no deberían dormir en esta casa hoy.

Mamá resopla.

-¿Y dónde, entonces?

-No sé... Podrían venir al hotel conmigo. Ya mañana veremos qué hacer.

-¿Y después qué, Fernanda? – pregunta ella en tono brusco, cruzándose de brazos – No podemos vivir en un hotel toda la vida.

-Ustedes... pueden venirse a vivir conmigo a San José.

Ella suelta una carcajada seca.

-¿Con tu amiga? ¿En un departamento ajeno?

-No con Olivia. Podríamos sacar un departamento modesto para nosotros.

Vuelve a reír con más sarcasmo.

-¿Qué disparate estás diciendo? – suelta - Sin mi trabajo, dime de qué vamos a vivir.

-Yo tengo dinero ahorrado. Me pagan bien en Sonata y acabo de recibir muy buen dinero por la publicación del libro. Yo sostendría la casa mientras tú buscas algo.

-¡No seas tonta! – espeta subiendo el tono - ¡Pon los pies en la tierra, ¿sí?! ¿Qué vamos a hacer si te quedas sin trabajo?

La miro con frialdad.

-No me llames tonta. No me voy a quedar sin trabajo. Además, ya te dije que tengo dinero ahorrado. Sólo necesito que te decidas.

Ella sigue viéndome como si yo fuera una niña y le estuviera montando un berrinche.

-Gano bien en el puesto que tengo ahora, Fernanda. No voy a arriesgar esa estabilidad por algo incierto. El que tú te hayas marchado fue tu decisión. Eres mayor de edad después de todo. Pero no voy a seguirte. Tomás lo tiene todo aquí en Colinazul y sólo con mi trabajo puedo garantizarle el sustento. Tu vida en San José no es segura ni estable en este momento.

Hago un esfuerzo descomunal por mantener la calma y no echarme a reír ante la incoherencia de lo que está diciendo.

-Tomás ya no tiene nada aquí. Los niños en la escuela no le hablan, no tiene amigos. Lo más sano para él y también para ti es comenzar de nuevo en otro lugar. Otra casa, otra escuela. Ya no es bueno y mucho menos seguro que ustedes se queden en este pueblo. Mira las paredes afuera, mamá – alzo las manos -. Tomás me contó que les arrojaron piedras cuando iban en el auto de Camilo. Puede que estemos algo apretados durante un tiempo, pero créeme que haré todo lo que esté en mi mano porque a ti y a Tomás no les falte nada. Sólo te pido que confíes en mí, que tomes el riesgo. Estás aferrada a este pueblo porque a pesar de los problemas, es lo único que conoces y le tienes miedo a lo nuevo. Yo también lo tuve al principio, pero descubrí que vale la pena asumir el cambio cuando lo conocido es malo y dañino. Acepta venir conmigo a San José y te prometo que no te vas a arrepentir.

Mi Ave Fénix Libre, Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora