Capítulo 4 🌹 Conocido

34 13 0
                                    


Conocido


-¿Cómo supiste dónde estaba? – pregunto con recelo.

Desde que lo vi la primera vez en el Coffee House, Alex ha despertado en mí una sensación simultánea de confianza e inquietud.

A pesar de que voy caminando por el andén y mi vista está puesta al frente, puedo sentir su mirada penetrante sobre mí. Ya ha anochecido. Aunque la calle por la que transitamos es solitaria y poco iluminada, hay algo en mi acompañante que me hace sentir segura.

-Ayer iba conduciendo como a seis manzanas de aquí y vi un póster con tu nombre pegado en el muro de una escuela – mueve los hombros hacia adelante -. Vine a satisfacer mi curiosidad y así comprobar si se trataba de ti realmente – ladea el rostro y me mira fijamente -. No sabía que escribías libros.

-Este es el primero.

-Sí, pero todas las copias se han vendido – dice alzando su ejemplar de Estrellas en el Fango -. Seguro te irá muy bien en tu carrera como escritora.

La mayoría de los lectores prefiere que los escritores firmen sus libros en la contraportada o en alguna de las páginas. Alex me pidió que lo hiciera en la portada, con letras grandes. Debo admitir que se ve bastante genial.

Resulta más que extraño ver a alguien como él llevar un libro bajo el brazo. Con su apariencia ruda, ropa oscura y semblante insondable, parece más bien el miembro de una pandilla de moteros que se dedica a asaltar, saquear e intimidar. Sin embargo, una de las cosas que más me fascinan en la vida es encontrar personas capaces de romper los estereotipos.

-Yo tampoco sabía que te gustaba leer – comento.

-Es el primer libro que toco después de la escuela – suspira -. Rara vez los profesores tienen la capacidad de hacer que uno adquiera una pasión. Todo lo contrario. A menudo convierten algo interesante en un tedio absoluto.

Asiento profundamente.

-¿Y por qué decidiste volver a leer entonces?

Él vuelve a girar el rostro y noto el destello intenso que despiden sus ojos en medio de la oscuridad parcial.

-Me gustó el resumen y los detalles que diste de la historia – contesta -. Un grupo de chicos que crece en un barrio marginal, sin muchas posibilidades de salir de allí, pero con aspiraciones grandes y fuertes que los llevan lejos.

Yo parpadeo y lo miro con atención. Hay un tinte de amargura y tristeza en su tono, aunque su rostro sigue siendo impenetrable. Recuerdo que me contó, pocos días antes del ataque, que toda su familia había muerto y que no tenía amigos. Me gustaría saber más al respecto, pero no nos conocemos lo bastante y él tampoco parece la clase de persona que disfrute hablando de sí mismo. Toda la conversación la ha guiado, cuidadosa y deliberadamente, de manera que gire en torno a mí.

-Espero que lo leas y que te guste – digo sinceramente.

Llegamos a la esquina y me detengo. Desde aquí puedo ver el departamento de Olivia.

-Debo tomar esta calle. No es necesario que me acompañes.

Él alza la cabeza y mueve los ojos de manera casi imperceptible a cada lado, luego endurece más el semblante si cabe. Yo también miro a nuestro alrededor, pero no veo a nadie.

-Voy a acompañarte – zanja él con una voz que no admite discusión.

Me planteo la posibilidad de enfrentarlo, pero estoy cansada, tengo hambre y lo único que me apetece ahora mismo es tomar una ducha para luego tumbarme a dormir.

Mi Ave Fénix Libre, Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora