AMORES QUE MATAN (MAITINO)

CAPÍTULO 13

Un poco más tarde que otros días pero aquí tenéis nuevo capítulo.

Espero que os guste....aunque toque seguir sufriendo un poquito más  :-(

En el aula de dibujo, sin darse cuenta de que se le hacía tarde para la tutoría con Maite, se encontraba Camino pintando en su lienzo.

Llevaba bastante tiempo en la misma posición y notaba el cuello un poco tirante. Comenzó a masajeárselo ella misma mientras cerraba los ojos, intentaba relajarse y lo estaba consiguiendo, tanto que no escuchó como la puerta se abría y alguien se acercaba hasta ella.

I: A ver, déjame – dijo quitando las manos de Camino para comenzar él a darle aquel masaje - ¿cansada?

C: Ildefonso, no hace falta – dijo con rapidez intentando apartarse.

I: Pero si no es molestia, mujer. Anda, déjame, que me han dicho que mis masajes son los mejores – dijo sonriendo.

C: Ufff, no había notado que tenía el cuello tan cargado – su voz denotaba verdadero cansancio – no me había dado cuenta de que llevaba tanto rato en la misma posición.

I: Bueno ya verás como con este masajito te dejo nueva – seguía haciendo presión con sus manos en el cuello de la chica.

C: Umm, que bien – susurró – no sabía yo que se te diera tan bien esto de dar masajes.

I: Es uno de mis encantos, no sé si te lo he dicho – contestó de forma chulesca.

C: Pues no, pero si todos tus encantos son como este, la chica que tenga la suerte de estar contigo será muy afortunada – dijo mientras cerraba los ojos al sentir como la tensión de su cuello se relajaba.

I: ¿Qué te parecería si esta noche te invito a cenar a mi casa y te doy un buen masaje mucho mejor que éste? – se atrevió a preguntar.

C: Bueno - se separó de él – no creo que sea buena idea.

I: Camino – dijo dejando ya el masaje y quedando frente a ella - ¿Cuándo vas a aceptar quedar conmigo?

C: Ya hemos quedado varias veces Ildefonso – sonrió.

I: Sí, pero sólo hemos ido a tomar unas cervezas y casi no hemos podido hablar de nada – insistió.

C: Bueno, también hemos estado ocupados con las clases y nuestras tesis - se excusaba también – y yo al menos termino bastante cansada todos los días.

I: Camino – llevó sus manos para agarrar el rostro de la chica - ¿No te lo has pasado bien conmigo las veces que hemos salido?

C: Sí, claro – contestó – eres un tío genial, Ildefonso, me haces reír mucho y me lo paso genial contigo.

I: ¿Entonces? – preguntó - ¿por qué no quieres quedar esta noche? Sólo será una cena y un masaje.

C: Es que no sé si...

I: Camino – la cortó - ¿no te das cuenta de las cosas? – preguntó mirándola a los ojos – Me gustas Camino - declaró – me gustas mucho, y sólo quiero pasar un rato tranquilo contigo – se acercaba – cenar – cada vez se acercaba más – tomarnos una copa de vino – casi podía rozar sus labios – darte un masaje relajante – susurraba sintiendo su aliento – charlar...

Un casi imperceptible movimiento y selló sus labios con un beso tranquilo, que empezó pausado para ir profundizando en él, acercándola más hacia él para aprisionar su cuerpo entre sus brazos.