CAPÍTULO 34

359 39 123
                                    

Nuevo capítulo, el de hoy un poco más largo ;-) 

¿Qué habrá pasado con Maite? ¿Será capaz Camino de hablar con ella?

Si quieres saber todo esto y mucho más, sigue leyendo....   :-)

Varias horas más tarde, un auxiliar iba empujando la cama en la que se encontraba Maite. Ésta venía dormida pues aun no había despertado de la operación que habían tenido que hacer. Había tenido una recaída y había sido inevitable tener que operar. Sin embargo, ya estaba fuera de todo peligro, ahora solo faltaba que despertara, como les estaba diciendo el médico a Antoñito y a Anabel. 

Ambos más tranquilos, entraron a la habitación, donde Sophie dormía en el sofá. Había costado mucho tranquilizarla cuándo se llevaron a Maite de esa manera, pero al final, Anabel había conseguido calmarla y que se quedara dormida, cansada como estaba de tanto gritar y llorar.

A: Anabel, ¿por qué no os vais a casa? – preguntó – yo me quedo aquí con Maite. Ya has oído al doctor, no sabemos cuándo despertará y Sophie necesita descansar bien.

An: Está bien, Antoñito – contestó – pero mañana por la mañana estaremos aquí de nuevo. Sabes que en cuanto Sophie se despierte preguntará por ella.

A: Por supuesto – dijo – y yo te avisaré si hay alguna novedad.

Anabel se acercó a la cama donde Maite dormía y le dio un beso en la frente antes de marcharse. Después se acercó al sofá y cogió a Sophie en brazos, con cuidado para que no se despertara. Se despidió de Antoñito hasta el día siguiente y salió de la habitación, mucho más tranquila de lo que había estado en horas.

Antoñito por su parte, se sentó en la silla que estaba al lado de la cama de Maite y suspiro agradecido de que hubiera pasado lo peor.

A: Maite – decía emocionado – tienes que recuperarte, tienes que ponerte bien ¿me oyes? – seguía diciendo – por ti... por Sophie... por Anabel...y por mí, no sé si podré soportar perderte, nadie podrá – seguía diciendo – eres como una hermana para mí, ¿sabes? Y no quiero volver a pasar por lo que he pasado esta noche, así que recupérate pronto porque como vuelvas a entrar en crisis te aseguro que de la torta que te pego – bromeaba – se te quitan todas las ganas de tener otra – reía con una lágrima saliendo de sus ojos.

Aquella mañana, mientras Camino salía de la ducha, sonó el timbre de que el ascensor estaba subiendo. Al principio se asustó, como hacía desde lo que había pasado con Maite y toda la operación policial, pero después cayó en la cuenta de que la única que tenía llave del ascensor, además de ella, era Lolita. Se acercó hasta la puerta para comprobarlo y salir de dudas.

L: ¿Camino? – preguntó Lolita antes de entrar cuando se abrió la puerta del ascensor.

C: Hola Lolita – dijo – me he imaginado que eras tú.

L: Hola hija, no quería asustarte – dijo acercándose a ella para darle un abrazo – He llamado al portero pero no contestabas y como no me cogías el teléfono tampoco... Quería hablar contigo antes de que fueras a la universidad.

C: Estaba en la ducha – informó – y te he dicho mil veces que no hace falta que avises, para eso tienes llave.

L: Y sabes que no me gusta molestarte cuando estas en casa, por eso me gusta avisarte antes – dijo guiñando un ojo.

C: ¿Quieres un café? – preguntó – y mientras me cuentas lo que me querías decir.

L: Claro – contestó – si quieres ir a vestirte, lo preparo yo mientras.

AMORES QUE MATAN (MAITINO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora