El día había amanecido esplendoroso, despejado, precioso y casi mágico. En la cama, dos cuerpos reposaban tranquilos, con medias sonrisas en sus rostros, tapados tan solo por una sábana ocultando la desnudez de sus cuerpos. Abrió los ojos al sentir los rayos del sol contra su cuerpo. Miró a la persona que tenía a su lado, sonrió y, dejando un beso en su hombro, se levantó para ir a preparar el desayuno.
Mientras, en Madrid, Antoñito estaba absorto en una revista que tenía entre las manos cuando escuchó su teléfono sonar. Miró la pantalla y acto seguido respondió.
Voz 2: ¿Novedades? – preguntó directamente una vez descolgaron.
A: Las mismas que ayer – contestó mientras ojeaba una revista – no ha aparecido por aquí, así que supongo que...
Voz 2: Sí, ya sé que no está en Madrid – contestó cortándolo.
A: Bien, pues entonces no hay más novedades – informó – de momento todo normal.
Voz 2: Vale – dijo con voz tranquila – si hay algo me lo comunicas enseguida.
A: Por supuesto, aunque... - dijo con algo de cautela – ¿podría cogerme el fin de semana libre? – preguntó – ya que no está en Madrid, y aquí no parece que haya movimiento...
Voz 2: Sí, claro, y ¿cómo le explicas al resto del bloque que se quedan sin conserje todo el fin de semana? – preguntó volviendo a la seriedad – de eso nada, tú te quedas ahí.
A: Está bien - aceptó su cometido – pero que sepas que vas a tener que compensarme muy bien por el trabajo que estoy haciendo – dijo con un tono más bromista.
Voz 2: Ya sabes que lo haré – contestó – ahora te dejo, tengo cosas que hacer. Sigue pendiente de cualquier cosa.
A: Sin problemas – dijo antes de colgar.
C: Hola – dijo tras el beso - ¿qué haces levantada? – preguntó atrayéndola hacia ella.
M: Me desperté y decidí hacerte el desayuno – contestó acoplándose sobre su chica – mira – señaló la bandeja que había sobre la mesita – hay café, tostadas, cruasanes, mantequilla y mermelada...
C: Ummm – besó su cuello – me encanta – Maite sonreía – pero no me apetece desayunar ahora mismo – siguió diciendo mientras intentaba quitarle la ropa.
M: Ah, ¿no? – preguntó pícara – pues yo tengo mucha hambre.
C: ¿Sí? – dijo de igual modo - ¿y de qué tienes hambre? – seguía atacando su cuello – porque yo me muero por probarte a ti – dijo más que provocativa.
Sucumbiendo a sus encantos, Maite comenzó a besarla con pasión, dejando olvidado aquel desayuno para hacerle el amor con todas sus ganas.
Una hora y media después, tras disfrutar del cuerpo de la otra a sus anchas, ambas yacían sentadas en la cama con la bandeja del desayuno sobre ellas, reían y hablaban mientras, como dos quinceañeras, se daban de comer la una a la otra.
C: Pues la primera vez que lo hice fue con una compañera de clase – le decía. Maite la escuchaba sonriendo – y fue... - Camino se mordió el labio como recordando aquella primera vez mientras profesora fruncía el ceño al ver el rostro de placer de Camino – un desastre – rio después de ver su cara.
M: Que tonta eres – protestó al ver que le había tomado el pelo.
C: Sí, pero es que tú no te has visto la cara – dijo soltando una carcajada – no puedo creer que seas celosa, no te pega nada – le dijo.
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AMORES QUE MATAN (MAITINO)
FanfictionDesde que sigo la trama Maitino (la conocí mucho más tarde que cuando se emitió en Acacias 38) he querido escribir algún fanfic, pues somos muchas las que estamos enganchas a estas pequeñas historias que nos dan la vida cada vez que la autora actual...