El viernes llegó y con él aquella escapada al pueblo. Todo estaba preparado y tenía la casa en perfectas condiciones para la llegada de sus compañeros. Había terminado de hacer la maleta y ahora esperaba a que llegaran para irse con ellos. Estaba terminando de organizar unas cosas cuando llamaron al portero automático. Tras descolgar y ver que sus amigos ya la esperaban cogió su maleta y llamó al ascensor.
Al llegar al vestíbulo, un como siempre amable Antoñito fue a su encuentro para ayudarle con la maleta.
A: Buenos días, señorita – saludó cortés – deje que la ayude.
C: No se preocupe – contestó con educación – casi no pesa y me esperan ahí fuera, en seguida la meteré en el maletero – sonrió.
A: ¿Se va de viaje? – preguntó. Automáticamente se dio cuenta de que ese tipo de preguntas no eran propias de un conserje – perdone, no quise meterme – se disculpó.
C: No pasa nada - dijo amable – sólo me voy de fin de semana, que pase un buen día – se despidió saliendo de allí.
A: Que se divierta – contestó.
Con una sonrisa a modo de despedida salió a la calle donde vio a Lolita, Rosina y Liberto hablando y a Cinta y a su novio besándose apasionadamente apoyados en uno de los coches, pero ni rastro de Maite o de Ildefonso.
C: Ey, que puntuales – dijo saliendo ya a la calle.
L: Hola – dijo amablemente – trae, ya guardo yo la maleta.
E: Gracias Liberto – dijo – bueno, pues cuando queráis nos vamos – decía elevando la mirada para ver donde se encontraban los dos que faltaban - ¿y estos? – preguntó al fin.
L: Estarán al caer – contestó – quedamos hace cinco minutos así que estarán a punto de llegar.
Ci: Camino, ¿la piscina estará limpia? – preguntó.
C: Sí, claro, con este buen tiempo como para que esté cerrada – contestó como si fuera lo más obvio del mundo.
Ci: Y, ¿podríamos? – señaló a su chico – ya sabes... bañarnos de noche y esas cosas – preguntó alzando una ceja.
C: Ni se te ocurra pensarlo que te quedas aquí – advirtió señalándola con el dedo.
Mientras discutían, alguien andaba por la calle en dirección al grupo de amigos. Hablaba por teléfono, sabiéndose aún lejos para hacerlo con tranquilidad.
Voz 2: Sí, estoy llegando, en cinco minutos estaré allí – le decía con seriedad a su interlocutor.
A: Si quieres ya que estáis de viaje puedo intentar entrar para ver si consigo algo – se ofreció.
Voz 2: De eso nada – ordenó con seriedad – tú te quedas en tu puesto, ya sabes lo que tienes que hacer, nada de andar por tu cuenta. Con Anabel metida en medio no quiero cometer errores – terminó de decir.
A: Entendido – contestó convencido, aunque a regañadientes.
Colgó y aceleró su paso. Ya llegaba tarde, seguramente estarían esperando su llegada para salir hacia el pueblo de Camino, pero de nuevo tuvo que frenar cuando el móvil comenzó a sonar.
Voz 2: ¿Y ahora qué quiere? – Se notaba en su voz que aquellas llamadas empezaban a cansarle.
Voz 1: Asegurarme de que todo vaya bien – contestó – y saber cuál será su siguiente paso.
Voz 2: Por ahora seguir con el mismo plan – dijo sin querer dar más explicaciones de las necesarias, pero queriendo darle información, después de aquellas fotografías tendría que andar con mil ojos – seguir ganándome su confianza, acercarme tanto a ella que no tenga dudas sobre mí. Entonces será cuando pueda hacer el trabajo sin poner en peligro su persona ni la mía, por supuesto – contestó.
ESTÁS LEYENDO
AMORES QUE MATAN (MAITINO)
FanfictionDesde que sigo la trama Maitino (la conocí mucho más tarde que cuando se emitió en Acacias 38) he querido escribir algún fanfic, pues somos muchas las que estamos enganchas a estas pequeñas historias que nos dan la vida cada vez que la autora actual...