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—¿Adonde vamos?— preguntó, después de haberlo seguido por unos cuantos minutos. Aún sobre la gata demonio.
El simplemente la miró por encima del hombro con ojos afilados, dejando asustada a la sacerdotisa.
Horas antes, Sesshomaru.
Con pasos firmes se dirigió hacia el trono donde se encontraba recostada una demonesa de atuendo morado.
—Sesshomaru, hijo. Cuanto tiempo... ¿finalmente accedes al llamado de tu madre?— habló la mujer con un tono sarcástico en su voz, el peli plata captando el mensaje solo se limitó a observar, sin responder.
Es cierto que tengan personalidades similares, pero cuando se encontraban en una conversación. Sesshomaru solo respondía lo que le parecía más importante.
La demonesa había enviado a uno de sus ciervos para darle un mensaje por escrito, pero no fue recibido con un buen humor por parte del hijo de la señora. Volvió tambaleándose y como respuesta Sesshomaru había aparecido solamente semanas después.
—Hay algo que quiero que hagas—- continúo la mujer tras el silencio de su hijo, incorporándose mejor en el trono.
Las últimas palabras captaron la atención del hombre de cabellera plateada, pero mantuvo su semblante serio.
—Y dímelo, madre. ¿Qué quieres que haga?— la mujer dio una sonrisa apenas perceptible y que solo duró un segundo.
—Algo que el tonto de tu padre debería de haber hecho hace mucho tiempo— no le gustó la manera en que se refirió a su progenitor —Pequeño demonio.— continúo.
—Soy Jaken, señora— dijo, esa mujer tenía alguna riña con su nombre, era la segunda ocasión que lo veía y esta todavía no lo llamaba como debería.
—¿Piensas en acompañar a mi hijo?— preguntó, ignorando lo antes dicho por la rana verde.
—Pues si... ¡seguiré a mi amo bonito hasta el mismo infierno si es necesario!— dijo sin dudar la última parte.
Le sería útil a su amo mismo que fuera la última cosa que haga con tal de saldar su deuda.
La manera en como se refirió a su hijo causó algo de gracia a la mujer, el es un yokai-hombre muy guapo.
—No lo hagas, no tienes el poder espiritual para poder pasar la barrera, esa niñita también.
¿Barrera? ¿Qué barrera? Se preguntó Sesshomaru.
—Una barrera creada por una sacerdotisa hace mucho tiempo atrás, Sesshomaru— la mencion de un ser humano le causo repugnancia —Tu padre debía haberla destruida hace mucho tiempo atrás, pero no lo hizo.
—¿Por qué?
—Por tu medio hermano, eso fue hace doscientos años atrás, justo cuando ese mitad bestia nació.
Inuyasha, si no fuera por aquel inútil ahora no estaría perdiendo su preciado tiempo.
—El me dijo la ubicación del lugar, una tumba. No te será difícil encontrarla, sentirás la presencia del artefacto, pero solo no conseguirás entrar.
Las últimas palabras lo molestaron ¿acaso no le creía capaz de entrar? El Gran Sesshomaru podía hacer cualquier cosa. Incluso había estado en el monte de las Ánimas antes.
—Existen dos maneras de pasar la barrera, desconozco la que iba a usar tu padre, solo te queda una manera.
—¿Dime cuál es?— habló después de mucho.
—Con un humano— tales palabras hicieron que cambiara su expresión neutra a una de total descontento.
¿Por qué necesitaba tales seres inferiores? Habiendo tantos infelices ¿porque justamente él?
—Específicamente uno que tenga poderes espirituales, como una miko. Por eso la niña no te va a servir.
Estaba completamente disgustado, sus pensamientos fueron interrumpidos por su ciervo y protegida.
—Amo bonito, ¿porqué no solicita la ayuda de la sacerdotisa que acompaña a Inuyasha?— dijo el portador del báculo de dos cabezas.
—Si Señor Sesshomaru, la señorita Aome es muy amable. Seguro que lo ayudará.
—¿Conoces a una miko Sesshomaru?— interrumpió la anfitriona del palacio.
De hecho conocía dos, un cadáver ambulante y a la gritona esa.
—Lo hago, madre— respondió.
—Perfecto, ahora consigue su ayuda para que te ayude pasar la barrera. No te preocupes por esos dos, se quedarán aquí esperándote.
Dicho eso el albino no perdió más tiempo, desapareció en el aire convertido en una esfera de energía.
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Miko, Miko.. ¿dónde estás?. Había volado ya por casi una hora desde que salió del palacio de su madre, en dirección a la aldea donde siempre estaba el grupo del mitad bestia, bajo la mirada donde pudo observar a su medio hermano con cara de quien había hecho un berrinche y más hacia el frente estaban dos humanas, una de ellas la miko.
Espero unos segundos mientras veía como ella se subía a la gata transformada y esta vez, sola, emprendía viaje.
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Solamente Tú| Sesshome
FanfictionSesshomaru es un yokai extremadamente fuerte y apuesto, cumple todo lo que se propone y nunca se arrepiente de sus decisiones. Pero determinada situación lo llevará a tomar una decisión que va en contra de sus principios, pedir ayuda a una humana; a...