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Era cerca del atardecer, la joven futurista se encontraba enpacando su equipaje con cara alargada.
-No te enojes Aome, sabes como él es- dijo su amiga, Sango. Intentando mejorar su humor.
Pero la morena estaba que le salía humo de las orejas, aquel híbrido no conoce límites para la idiotez, y nunca lo hará.
-Sango, sabes que solo quise ser de ayuda, no me gusta dejar todo el trabajo duro a ustedes- respondió bajando la mirada.
Los chicos y ella se habían encontrado con un yokai para nada amigable, sus amigos pelearon contra la bestia mientras la sacerdotisa se limitó a proteger al pequeño Shippo a pedido del monje, pero cuando vio que el muchacho de vestimenta roja estaba a punto de ser lastimado de sorpresa, fue en su auxilio haciendo uso de una de sus flechas sagradas. Lo que atrajo la atención del rival.
El enojo del yokai fue lo suficiente grande como para hacerle un rasguño en el brazo izquierdo.
-El solo se preocupa por ti, Aome-dijo intentando tranquilizarla.
Eran ciertas sus palabras, Inuyasha había explotado de rabia al ver como la morena había resultado herida por su descuido.
Suspiro -Solo serán por tres días Sango, necesito traer más provisiones y ponerme un poco en día con mis estudios- solo el de hacerse idea que estaba terriblemente jodida en parte de sus obligaciones escolares la estresaba, como tenía exámenes con más regularidad Aome había dedicado tiempo a sus libros frente la fogata y a despertar con un sueño o pesadilla sobre los mismos.
-Bien, vámonos Kirara. ¡Adiós amigos!- dijo mientras la gata mágica despegaba vuelo.
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Habían estado volando por casi media hora en dirección al pozo.
A pesar de todo, Aome se sentía feliz por poder ver a su familia después de casi dos semanas.
Lo de tener que vivir entre dos épocas era algo de lo más complicado para la joven futurista, ya que el estar en la época antigua la hacía extrañar mucho todo lo que se quedaba.
Su mamá,
Sota,
El abuelo,
Sus amigos,
Su cama...Pero al volver a su verdadera época se pasaba el día preguntándose como estaban todos sus amigos, si habían descubierto algo nuevo. Alguna aparición de Naraku. Se preguntaba que estará haciendo Inuyasha.
El poder ver los fragmentos incrustados era una habilidad exclusiva de una sacerdotisa, y como ella era la encarnación de una, bueno...
Aquellos pensamientos hicieron a la joven descuidar su entorno, fue nuevamente traída a la realidad cuando Kirara se detuvo de manera brusca.
-¿Pasa algo Kirara?
Preguntó, pero casi se cayó del lomo de la felina al ver determinado sujeto frente suyo.
-S-sesshomaru...- dijo, casi en un susurro.
Él, por su parte, simplemente la miró con aquellos orbes dorados. Fríos e intimidantes.
-Miko, vendrás conmigo- dijo sin rodeos, la joven se encontraba algo temerosa con la presencia del medio hermano de Inuyasha.
Lo había dicho de manera segura y seria, en el fondo la chica futurista temía que el hiciera algo, tocó el vendaje que cubría una parte de su brazo izquierdo.
Consideró en huir, pero el yokai es demasiado rápido, Kirara no era rival para su velocidad. Además posiblemente el podía asesinarla en menos de un segundo si así lo desea.
-¿A donde vamos?- preguntó, después de haberlo seguido por unos cuantos minutos. Aún sobre la gata demonio.
El simplemente la miró por encima del hombro con ojos afilados, dejando asustada a la sacerdotisa.
Hubiera insistido más si se tratara de otra persona, bueno; youkai. Pero el no era Inuyasha, si se negaba, unos abajo's funcionan.
Solo le quedó esperar a ver lo que el destino le depara.
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Solamente Tú| Sesshome
FanfictionSesshomaru es un yokai extremadamente fuerte y apuesto, cumple todo lo que se propone y nunca se arrepiente de sus decisiones. Pero determinada situación lo llevará a tomar una decisión que va en contra de sus principios, pedir ayuda a una humana; a...